76 árbitros de fútbol se preparan en sus casas para reanudar el torneo local

Augusto Aragón se entrena fuera de su casa, en el barrio San Mateo de Esmeraldas. Cortesía

Augusto Aragón se entrena fuera de su casa, en el barrio San Mateo de Esmeraldas. Cortesía

Augusto Aragón se entrena fuera de su casa, en el barrio San Mateo de Esmeraldas. Cortesía

Cuando anunciaron la suspensión del campeonato nacional, el pasado 14 de marzo, Carlos Orbe supo que la situación en el país se complicaría debido al covid-19. Por eso, el árbitro decidió llevarse a su familia a Calceta, en Manabí.

El juez otavaleño estaba radicado en Quito, pero decidió viajar con su esposa e hija, para evitar las aglomeraciones propias de las grandes ciudades. Él y sus familiares no han tenido problemas de salud. “Vinimos a casa de la familia de mi esposa, principalmente por mi hija”, contó el árbitro a este Diario. Durante su estancia en el cantón manabita, Orbe cumplió con sus entrenamientos físicos y técnicos, a la espera del reinicio del torneo.

Le dedica entre tres y cuatro horas diarias a sus entrenamientos, dependiendo de las tareas que le envíe la Comisión Nacional de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Tiene escarapela FIFA, por lo que también es evaluado por la Conmebol.

Semanalmente, los jueces reciben lo que tienen que entrenar, además de un documento en el que deben detallar su cumplimiento. Los árbitros cuentan con pulsómetros personales, con GPS, que recogen el rendimiento y los tabulan en el portal Polar.com, donde es revisado por la Conmebol.

Orbe se entrena en una terraza, que adecuó con conos y pesas. Sin embargo, entrenarse sobre cemento le generó molestias físicas. “Me ha dolido la rodilla, ya lo notifiqué a los instructores, no soy el único, sé que otros compañeros también han tenido ese problema”.

El otavaleño pudo conocer que en esta semana la Asociación Ecuatoriana de Árbitros de Fútbol (Aedaf) se reuniría con la FEF, para decidir el retorno a las prácticas, una vez que los clubes de las series A y B lo harán desde el 8 de junio.

Luis Muentes, presidente del gremio, contó que consideran la posibilidad de entrenarse a partir de esa misma fecha; dice que necesitarán -como mínimo- 21 días de prácticas en cancha. Pero aún deben definir sedes en cada provincia.

“Hemos tenido reuniones con la Comisión Técnica de la FEF y en el momento en el que puedan salir los clubes, también podríamos hacerlo nosotros. La desventaja es que no tenemos los complejos. Vamos a hacer una petición a la LigaPro para ver si nos pueden habilitar espacios y que los clubes nos puedan prestar, cuando ellos no ocupen”, dijo.

Orbe y otros jueces como Roddy Zambrano y Augusto Aragón están ansiosos por volver a las actividades. Ayer tuvieron la primera reunión con la Comisión de Arbitraje, que dirige Carlos Galarza.

Son 76 los árbitros que dirigen en la Primera Categoría (42 en la Serie A y 34 en la B), los que regresarán a la actividad cuando se reinicie el campeonato, desde el 17 de julio. Muentes adelantó que ellos también se someterán a las pruebas de covid-19.

El gremio ha tenido reuniones con los principales de la LigaPro, para acordar que el organismo asuma los costos de los exámenes de los árbitros, con un protocolo similar al que aplicarán los clubes.

Por ahora pretenden evitar movilizaciones largas, así como aglomeración de personas durante los entrenamientos. Por esa razón, descartan realizar un concentrado o mini-pretemporada nacional, antes del reinicio del torneo.

A Muentes le preocupa la situación de los árbitros que dirigen en los torneos de Reserva, inferiores y Segunda Categoría, cuyo reinicio todavía no se ha oficializado por la FEF.

“Son más de 800 árbitros en 19 provincias del país que están en incertidumbre, guardamos la esperanza de que haya torneos que permitan mantener la competencia de los árbitros jóvenes, para que puedan tener ingresos”, dijo el dirigente.

En los últimos dos meses, Muentes estuvo en contacto con los jueces del país, a través de las asociaciones provinciales. Cuenta que algunos de sus colegas se dedicaron a vender productos alimenticios, mascarillas, guantes, accesorios de protección..., debido a la falta de ingresos por la suspensión de los campeonatos de fútbol.

Solo dos afiliados, que dirigen en la Serie B, mostraron síntomas relacionados con el covid-19, pero fueron descartados después de los exámenes.

“Dos compañeros me dijeron que habían tenido síntomas, pero nunca se hicieron las pruebas, por lo que no se pudo confirmar. Ya están bien, todos quieren regresar al trabajo”, dijo el titular del gremio.

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