El árbitro Omar Ponce es escoltado con la policía para salir del campo de juego, tras el empate entre Huracán y Peñarol en el estadio de Huracán en Buenos Aires (Argentina). Foto: Juan Ignacio Roncoroni/EFE
Omar Ponce llegó tranquilo a Guayaquil, tras la polémica que se formó por su actuación de ayer, 13 de abril del 2016, durante el partido de la Copa Libertadores entre Huracán y Peñarol. El juez dijo sentirse respaldado por el gremio arbitral y por la Ecuafútbol.
El árbitro, que le anuló un gol a cada equipo antes del final del encuentro, salió de la cancha con resguardo policial. A pesar de eso, contó que recibió correos electrónicos de respaldo, de parte de miembros de la Conmebol.
“La Conmebol es la que me califica, ellos dicen si hizo un buen trabajo o no”, dijo en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil.
Al final del encuentro, el portero de Huracán, Marcos Díaz, se mostró molesto con la actuación del colegiado ecuatoriano y lo calificó de “rata”, por haber anulado el gol de su equipo. Las declaraciones las dio en la cadena internacional Fox Sports.
Paúl Ponce, hermano del árbitro, consultó en su cuenta de Twitter (@paulponcemanzo) si era procedente iniciar acciones legales en contra del jugador argentino, por los agravios que emitió en contra del juez.
Ante ese escenario, Omar Ponce dejó abierta la posibilidad de acudir a la justicia. “Escuché las declaraciones del arquero de Huracán pero todavía no tomo una resolución. Tengo que hablar con mi terna antes de decidir”, mencionó el árbitro guayaquileño.