Fred de la selección de Brasil se lamenta tras uno de los siete goles que Alemania anotó en el partido de semifinal del Mundial de Brasil. Foto: EFE
Después del 7-1 recibido aquel martes 8 de julio de 2014 en las semifinales de su propio Mundial, Brasil creyó por un momento que el fútbol, el deporte nacional, había tocado fondo y que a partir de allí comenzaría a repuntar.
Un año después, la esperada recuperación no solo no llegó, sino que la pesadilla parece estar lejos de acabar. En su primer certamen oficial tras el dramático fracaso en casa ante Alemania, Brasil sufrió una temprana eliminación de la Copa América de Chile, que además lo dejó fuera de la Copa Confederaciones por primera vez en su historia.
El ‘pais do futebol’ busca a ciegas la identidad y prestigio con los que conquistó cinco título mundiales. “Feliz cumpleaños, 7 a 1”, tituló su columna el comentarista deportivo del diario “O Estado de Sao Paulo” Paulo Calçade. “Un año después de la humillación de la Copa del Mundo, nuestro fútbol se encuentra desgarrado técnica y económicamente. La selección no despegó en la Copa América, y el Campeonato Brasileño sostiene sus pilares sobre arena movediza, mientras promueve una liquidación de jugadores para mantener a los clubes vivos y funcionando. Increíble”, lamentó el analista.
El dolor de la humillación que sufrió Brasil en su Mundial. Alemania lo goleó 7-1 en semifinales y la fiesta mundialista tuvo lágrimas de los anfitriones.
El “Mineirazo” de Brasil 2014 fue tan duro que mató incluso al fantasma del “Maracanazo”, en 1950, pero no parece haber servido para que las autoridades del fútbol nacional promuevan una autocrítica que permita comenzar a superar una crisis inédita.
La primera acción de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) tras el “julio negro” fue destituir al entonces técnico Luiz Felipe Scolari. El sustituto elegido, en tanto, no dio ni a especialistas ni a “torcedores” la sensación de que las cosas irían realmente a mejorar.
El nombre de Carlos Dunga, quien naufragó al frente de Brasil en el Mundial de Sudáfrica 2010, fue recibido con una pregunta retórica: “¿Dunga?”, y un matiz igualmente desconfiado: “¿Otra vez Dunga?”. Al margen de suspicacias, el capitán de Brasil en la conquista del tetracampeonato mundial, en Estados Unidos 1994, logró sembrar algo parecido a la esperanza. Aún jugando sin convencer, Dunga logró 10 victorias en igual número de partidos amistosos antes de enfrentarse la gran prueba de fuego: la Copa América de Chile.
Oscar (izq.) y Luiz Felipe Scolari después de la derrota 7-1 ante la Selección de Alemania. Foto: Archivo
Apoyada en su solitaria estrella, Neymar, la ‘canarinha’ arrancó en Chile la búsqueda de un título redentor venciendo por 2-1, no sin dificultad, a Perú. En el choque siguiente, en tanto, los temores volvieron a fuerza de un ‘deja vu’: sancionado, Neymar quedó fuera del certamen continental.
En 2014, Brasil perdió a su referente por lesión, también ante Colombia, en el partido previo a la humillación alemana. Sin su pilar, la selección brasileña no vivió otra humillación histórica, como llegó a creerse, y pudo imponerse a Venezuela, pero acabó eliminada en los cuartos de final ante Paraguay, en una definición por penales y un choque catalogado como el peor del plantel en el torneo. “El fracaso de la selección (en Chile) es la fiebre que denuncia un dolor en el cuerpo. Solo un deporte fuerte y organizado conseguirá retener a los talentos y mejorar el nivel de sus competiciones”, señaló el analista Calçade.
El dolor de la humillación que sufrió Brasil en su Mundial. Alemania lo goleó 7-1 en semifinales y la fiesta mundialista tuvo lágrimas de los anfitriones.
Tras la Copa América, la CBF anunció la creación de un consejo especial, integrado por ex técnicos y ex jugadores de la selección, entre otros expertos, destinado a buscar salidas a la crisis. “Queremos tener una radiografía de lo que pasa”, explicó el coordinador de selecciones de la CBF, Gilmar Rinaldi. “Estamos interesados en hacer un gran cambio”. Fuera del campo de juego, los últimos 12 meses no fueron mejores que dentro de la cancha para Brasil.
En mayo, el ex presidente de la CBF José Maria Marin -quien presidía el organismo rector en la época del Mundial- fue arrestado en Suiza junto a otros dirigentes de la FIFA y la Conmebol por sospecha de delitos de corrupción. Su sucesor en el cargo, Marco Polo Del Nero, también está en la lista de investigados, según diversos medios de prensa, por sus presuntos nexos con la trama de pago y cobro de sobornos que involucran a las autoridades del fútbol regional y mundial, y a empresas vinculadas a derechos de trasmisión de partidos.
Para los analistas, tener a Del Nero al frente de la CBF es uno de los factores que agravan las turbulencias que afligen al fútbol nacional. El ex presidente de la poderosa Federación Paulista de Fútbol es un aliado y amigo de Marin y de su antecesor Ricardo Teixeira. “Que Marco Polo Del Nero no puede seguir más al frente de la CBF es tan obvio, que hasta Ronaldo Fenómeno, cómplice suyo y de José Maria Marin, ya se dio cuenta”, ironizó el respetado periodista Juca Kfouri, refiriéndose a que Ronaldo integró junto a la CBF el comité organizador de Brasil 2014.
“Del Nero ya no tiene condiciones morales ni psicológicas para seguir al frente de la CBF, tanto que ni siquiera acompaña a la selección por temor de tratados de extradición”, añade el columnista del diario ‘Folha de Sao Paulo’, en alusión a los rumores de que Del Nero se resiste a salir de Brasil ante el temor de que la Justicia estadounidense emita una orden de arresto en su contra.
En su análisis, Kfouri apunta al desprestigio que se apoderó de la selección brasileña, a la cual “ya nadie respeta”. “Dunga dice, y sus jugadores repiten: ‘Todos quieren vencer a Brasil’. Hace tiempo que eso es mentira. Todos saben que pueden vencer a Brasil, y es verdad, de Honduras a Venezuela, pasando por el 7 a 1, etc, etc”.
El próximo reto de Brasil será lograr una plaza para el Mundial de Rusia 2018 en las eliminatorias sudamericanas. “Van a ser una de las más difíciles de todos los tiempos”, advirtió el defensa Thiago Silva.