El tenista Andrés Gómez, excampeón de Roland Garros, (der.) levantando el trofeo obtenido en 1990.
Cuando Andrés Gómez habla de Roland Garros sonríe y su lenguaje corporal cambia, gesticula, se arregla el cabello… El extensita guayaquileño se emociona, cuando recuerda que hoy, 10 de junio, se cumplen 26 años desde que ganó ese Grand Slam.
En Francia se escribió una de las más grandes hazañas del tenis nacional, cuando Gómez se impuso por 6-3, 2-6, 6-4 y 6-4, ante el norteamericano André Agassi, que con 19 años empezaba a destacar en el tenis mundial.
Gómez recuerda que su relación con Agassi no era de amistad, debido a la diferencia generacional. Cuando terminó el partido, solo le dijo “tendrás oportunidad de ganarlo después”, mientras el norteamericano lo felicitó por el triunfo.
“Siento que el torneo es mío, porque pude ganarlo”, cuenta el exdeportista, que ahora se dedica a entrenar a niños y niñas en su escuela, que funciona en el Anexo del Guayaquil Tenis Club, en Samborondón.
A Gómez lo respetan todos en el club. Desde que llega solo hay expresiones de agrado a su paso. Sus alumnos lo buscan para darle la mano y acatan cada una de las recomendaciones que da.
Según él, el tenis ecuatoriano está lejos de repetir una hazaña como la suya. Desde su óptica, los deportistas ecuatorianos están aún en un proceso de aprendizaje, que deberá consolidarse con challengers, futures y
Portada del 11 de junio de 1990. Diario EL COMERCIO
Foto histórica del presidente, en ese entonces, Rodrigo Borja jugando una partida de tenis con el campeón de Roland Garros, Andrés Gómez, el 15 de junio de 1990. Foto: EL COMERCIO