Al grito de “si, si, si señores yo soy torero… si, si señores de corazón, porque este año del Astillero, del Astillero sale un nuevo campeón”, la av. 9 de Octubre se estremeció la tarde de ayer con los cánticos. Ese fue uno de los múltiples puntos donde se festejó el título.
Toda la calle se estremecía cuando miles de hinchas saltaban, mientras ondeaban sus banderas. Varios de ellos, con niños sobre sus hombros, cerca de la tarima en el parque Centenario.
Otros, como los jóvenes de la agrupación ‘Los chicos del arbolito’ , corrieron con un ataúd. En su interior un cadáver, una camiseta de Emelec, varias monedas, una planta y una botella de licor. “Solo un equipo hay en el país”, decían mientras simulaban patearlo.
Leonel Vaca aseguraba que se iba a emborrachar. “No importa si no trabajo mañana porque estoy chuchaqui”, dijo eufórico.
Siete cuadras más atrás, un grupo de jóvenes cantó“el Capwell lo destrocé, lo destrocé. Las sillas me las llevé, me las llevé”. Entre los adultos estaba Mario M., de 14 años. Él estaba fugado de su casa. “No me importa si me castigan, todo por Barcelona”.
Desde muy temprano la gente vivió a su manera la fiesta en toda la ciudad. Dos enormes banderas del Barcelona cubrieron las paredes de una tapicería de autos en la esquina de Gallegos Lara y Brasil, al oeste de la ciudad.
Roberto Balladares abrió su negocio pero no para trabajar. “Es un día para festejar la estrella 14 luego de esperar por 15 largos años”.
A su hermano Charles Balladares mañana se le terminan sus vacaciones y quería volver a su trabajo en EE.UU. viendo a su Barcelona campeón. El partido lo vio abrazado de su hijo Charles (11).
En el barrio Cristo del Consuelo, en la 17 y Primer Callejón Segura, varios amigos se reunieron frente a un televisor en la casa de Manuel Viveros. “No pudimos conseguir entradas pero aquí estamos celebrando la 14”.
La calle fue cerrada. Varias banderas destacaban de una esquina a otra mientras el partido lo escuchó todo el barrio a través de cuatro altoparlantes.
Entre un grupo de hinchas que gritó y saltó anticipándose al festejo, Einsten Ramos levantó una copa hecha con cartón. “Por primera vez veo a mi equipo campeón ya que el último título se dio cuando yo tenía dos años”.
En otra zona, en El Oro y García Moreno en los exteriores de la casa de Milton Vera, adornada con banderas y globos, se vivió un carnaval. Fue jugador de Barcelona entre 1969 y 1974 y se reunió con sus hijos Jorge y Milton y nietos. “Voy muy poco al estadio, preferimos disfrutar en familia”.
Más al centro, en Argentina y 6 de Marzo la actividad alrededor de los monigotes fue nula. Isidro Mendoza observó el juego en el gabinete de su esposa Eliana Álvarez, también barcelonista. En los exteriores exhibió años viejos de Banguera, Mina, Díaz y Arroyo. Desde el miércoles pasado que se aseguró la consecución de la corona 14 ha vendido cuatro muñecos a USD 180 cada uno.
Festejo popular
El Municipio porteño instaló tarimas con artistas en la av. 9 de Octubre, en la av.Barcelona, en Urdesa y La Alborada.
La mayoría de barcelonistas vio el partido por televisión en casa. Con el pitazo final el festejo se trasladó a las calles de la urbe.