Alexander Domínguez, arquero de Liga de Quito. Foto: EL COMERCIO
Los cinco juveniles de Liga de entre 15 y 18 años con quienes comparte aula lo admiran. Alexander Domínguez, con 27 años, decidió culminar la secundaria impulsado por su esposa, María Dolores Cabrera.
Desde noviembre del año pasado, cada martes, el golero de la ‘U’ deja a un lado los guantes para tomar su mochila, llena de cuadernos, y asistir a clases, de 16:00 a 19:00 en el colegio José Martí, que tiene un convenio con el club albo.
El salón está dentro de la residencia de los juveniles del equipo azucena, cerca del Complejo de Pomasqui.
Muchas veces, Domínguez prefiere almorzar y tomar una siesta en el recinto deportivo luego del entrenamiento con sus compañeros, quienes suelen hacerle bromas cuando lo ven llegar.
Pero esto no lo inmuta. Sabe que solo es por molestarlo porque él tiene claro su futuro. Actualmente está en primer año de Bachillerato General Unificado. Faltan dos para graduarse y ya piensa en un festejo familiar y con los amigos más allegados en su domicilio.
Cuando habla sobre las clases que recibe, sonríe. Su esposa y Santiago Jácome, gerente de Liga, testifican la emoción que le causó volver a las aulas. Ellos, junto al fisioterapeuta Fernando Iza y al doctor del club, Marco Lascano, lo motivaron para que retomara sus estudios secundarios que dejó hace 12 años en Esmeraldas.
La esposa de Dida se graduó hace un año y medio como ingeniera en Negocios Internacionales. También consiguió dos diplomados, uno en Marketing y uno en Gerencia de Ventas. Domínguez al verla con sus cuadernos, libros y enganchada al Internet para sus investigaciones se motivó a culminar la secundaria.
“Manos a la obra, pues mi amor”, fue la frase detonante que puso a Domínguez en las aulas. Ella, incluso, se dio el trabajo de desplazarse desde Cumbayá, sector en el que residen, hasta el Registro Civil, en el sur de Quito, para conseguir documentación para la matriculación.
Un día, al volver a casa, ‘Dida’ se encontró con una sorpresa: la lista de útiles sobre la mesa, con crayones, marcadores, regla, cuadernos… María Dolores compró los materiales con su madre, quien tiene el mismo nombre, para que empezara a cumplir su anhelo.
Domínguez inició clases con los juveniles y con los experimentados Koob Hurtado y Diego Calderón.
Cuando no puede asistir a clases por algún viaje o partidos, son sus compañeros quienes apuntan las tareas y se las comparten para que se iguale; también los profesores las envían por correo electrónico a su esposa.
En ocasiones se queda hasta la 01:00 haciendo los deberes, con la ayuda de María Dolores cuando no entiende alguna de las tareas. Su fortaleza son los números. Su materia favorita es matemáticas, aunque admite que sufre con inglés.
Su libreta de calificaciones registra 9 y 10 en las asignaturas. Es uno de los estudiantes más destacados, según Jácome, uno de los vigilantes de su rendimiento. Su esposa suele soltar lágrimas de emoción cuando recibe las notas en sus manos. “Estoy orgullosa de él”, confiesa.
Fernando Aguinaga, coordinador y psicólogo del colegio, lo corrobora. Le envían tareas hasta cuando defiende a la Tri, a través de lecturas y cuestionarios que debe resolver y presentar al volver a clases.
“Por su edad es un estudiante responsable, que cumple con sus tareas. Se nota su dedicación y motiva a los más jóvenes con su presencia”, detalla el docente.
Dida aún no tiene definido qué seguirá en la universidad, pero sí está seguro de que será una carrera que le permita mantenerse en el fútbol. Entre sus aspiraciones está la de ser DT o preparador de arqueros, con formación superior.
Estas experiencias y sueños los comparte vía telefónica con su madre, Gloria Carabalí, quien reside en su natal Tachina (Esmeraldas). La infancia de Domínguez fue compleja, con necesidades. Esto impidió al arquero y a sus tres hermanos estudiar, dedicándose a trabajar como mesero, cobrador de bus, agricultor… para contribuir en su hogar.
“Todo esfuerzo lleva su recompensa”, es la frase de cabecera de Domínguez, a quien no le importa amanecerse haciendo deberes.
Alexander Domínguez
Nació en Tachina, Esmeraldas, el 5 de junio de 1987. Juega de arquero en Liga.
Está casado con María Dolores Cabrera desde hace dos años. Él la conoció a través de una compañera de la universidad.
Ha ganado dos títulos nacionales y tres internacionales con los azucenas.