Los aficionados españoles en Quito observan la final de la UEFA Champions League entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO
Un silencio profundo, un vacío se sintió en la Casa de Damián, restaurante que acogió a los hinchas del Real Madrid durante la final de la UEFA Champions League ante el Atlético de Madrid, cuando Di María empezó a correr, en el segundo tiempo extra.
Y, el grito de los aficionados explotó con el gol de cabeza de Gareth Bale que valió la décima corona para el cuadro merengue.
Los otros goles, el de Marcelo y el de Cristiano Ronaldo, de penal, llegaron y sentenciaron el 4-1 final en el triunfo blanco. Álvaro, Roberto, Francisco y Alfonso, todos hinchas españoles del Madrid, gritaron e hicieron retumbar el restaurante quiteño, “nada se compara a esto”, dijo Roberto.
Gritos, tensión y desesperación son las características del ambiente. Las personas están divididas. Aunque, son más hinchas del Real Madrid. La décima de los merengues seduce a todos sus aficionados fuera y dentro de España.
Esta fue la segunda Champions que Roberto
más grito.
Él estuvo en el estadio en la última conseguida en el 2002. “Ni siquiera con el Mundial de España me he emocionado tanto”, dijo mientras abrazaba a su esposa, que lo acompaño durante todo el partido.
Álvaro, hincha de 57 años, por otro lado, confesó que cualquier final, ante cualquier rival podría haber perdido el Madrid menos esta. “La rivalidad en Madrid es una locura, ellos nos la hubieses restregado en la cada toda la vida, ahora lo haremos nosotros”, expuso a EL COMERCIO mientras reía de emoción.
Alfonso había vaticinado un 3-1, desde que Diego Godín al minuto 31 del primer tiempo marcó la ventaja momentánea para el cuadro colchonero. El nacido en Madrid, de 28 años, gritó y celebró recordando a su familia y a su abuelo, quien lo hizo madridista.
No solo los españoles la gritaron. Cocineros, meseros y empleados del restaurante disfrutaron también del cotejo. Hubo lamentos y festejos algunos apostaron al Madrid y otros al Atlético. Al final todos aplaudieron el gran partido.
Los madridistas celebraron el tanto del empate transitorio (1-1) de Sergio Ramos como si fuese la décima Champions ganada.
La mayoría de los asistentes, en la Casa de Damián, restaurante de comida española, al norte de Quito, eran hinchas del Real. Y, vivieron con una mezcla de emociones los 90 minutos del compromiso.
El “Madrid, Madrid, Madrid” retumbó en las paredes del restaurante, sobre todo en los últimos minutos del segundo tiempo.
El equipo de Carlo Ancelotti se lanzó al ataque con todo su potencial, en busca del empate que mandara a los alargues. Diego Godín había adelantado al ´Aleti´ a los 35 del primer tiempo.
La llegada de Gareth Bale, una de las más peligrosas, bordeando el minuto 80 hizo que todos se levantarán. Pero, el fallo del Galés hizo que Álvaro Villagómez, hincha del Madrid, soltará un reproche para el delantero y más de un insulto para los rivales.
Roberto (quien prefirió que su apellido y su fotografía no sean publicados) gastó en postres para su esposa y para sus hijas. Su ideal era mirar el partido con tranquilidad pero no lo logró.
Él estuvo presente en la última vuelta olímpica europea del Madrid, en el 2002, y esos recuerdos hacían que se pare en cada momento.
En los adicionales Sergio Ramos se elevó y de cabeza metió el empate, forzando los alargues. Roberto, Álvaro, el chef Damián, propietario del lugar, y varios españoles más se abrazaron y celebraron, la esperanza por la décima seguía viva.
Al final, el pitazo final del árbitro holandés Björn Kuipers, hizo que todos los hinchas blancos se levantarán y meditarán, sin querer hablar más del partido. Roberto solo atinó a decir que ls historia en alargues dice que el Madird será campeón.
Álvaro Villagómez vivió la final entre Real Madrid y Atlético de Madrid intensamente.
Este aficionado español de 57 años vive en el Ecuador desde hace varios años. Su color favorito es el blanco y acudió a la Casa de Damián para alentar a su club por la décima ‘orejona’.
De todos los espectadores de la final en el restaurante capitalino, Álvaro es el que lo vivió con mayor intensidad. Sus recuerdos de la última UEFA Champions League levantada por el Real Madrid en el 2002 lo hizo ansiar una nueva celebración.
La jugada más clara del primer tiempo para los merengues, protagonizada por Gareth Bale al minuto 31, lo hizo ponerse de pie y gritar profundamente. El galés envió su remate desviado junto al poste izquierdo del arco colchonero y el hincha madridista solo atinó a explotar con un grito de reproche.
Pero, minutos después, al minuto 34, Diego Godín marcó el tanto de la ventaja colchonera y el explotó. La irá y la impotencia se le notaba en su rostro. En su opinión el equipo de Carlo Ancelotti está afectado en la parte física.
A partir de ese momento Villagómez se calmó y empezó a analizar con mayor frialdad el juego. En su visión el error del técnico italiano fue alinear como titular a Khedira, jugador que volvía de una lesión.
Otros aficionados sufrieron una confusión. Personal del restaurante informó a Diario El Comercio que las mesas del sitio debieron estar repletas, porque todo el aforo se terminó en las reservaciones, pero muchos creyeron que el inicio del juego era a las 14:45 y no a las 13:45.
Con el paso de los minutos del primer tiempo los hinchas empiezan a llegar y acopar los asientos frente al televisor que transmitía el juego.