Goleada de Alemania a Brasil, la peor derrota posible

André Schürrle anota el séptimo gol ante Brasil. Foto: AFP

André Schürrle anota el séptimo gol ante Brasil. Foto: AFP

André Schürrle anota el séptimo gol ante Brasil. Foto: AFP

La última vez que Brasil cayó como local en un partido oficial data de 1975. En el estadio Mineairao de Belo Horizonte, una de las mejores generaciones del fútbol peruano se hizo cargo de la selección B del país dueño de casa y la despachó por 3-1, en encuentro válido por las semifinales de la Copa América de ese año.

39 años después, en el mismo Mineirao, Alemania se encargó de despachar a un Brasil endeble, en un partido donde se evidenció que la estructura de Luis Felipe Scolari para la Copa del Mundo estaba sostenida con engrudo.

La ausencia de dos jugadores referenciales (Neymar y Thiago Neves) no pudo ser mínimamente subsanada. Expuesto quedó en el césped un equipo sin reacción, defensivamente débil y carente de creatividad y chispa. Si se concede tanto frente a Alemania, el resultado negativo es obvio.

Es así que Brasil cae en su sueño por defender la corona en casa. Cuando Scolari reemplazó en la dirección técnica del Scratch a Mano Menezes, hace tres años, el objetivo era levantar la Copa del Mundo con el fondo del mejor escenario posible: el Maracaná colmado. Los brasileños querían terminar así, tan victoriosos, un proceso que les costó sudor y lágrimas fuera de la cancha: la organización del torneo.

Brasil sufrió ante Alemania una de las derrotas más duras de su historia, no solamente por el marcador, sino por el ambiente que rodeó esta campaña. Esta caída es solamente comparable con la de Maracaná, ante Uruguay, en 1950. No es poco.

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