Hace seis meses, Adrián Jaramillo dejó a su familia y amigos en Santo Domingo de los Tsáchilas. Emigró a Puyo en busca de nuevos desafíos. Allí encontró apoyo económico de la Federación Deportiva de Pastaza (FDP), presidida por el expesista Walter Llerena.
Previamente mantuvo conversaciones con Roberto Rea y Diego Caicedo, entrenadores de los ciclistas de Pastaza. Ellos fueron quienes hicieron las valoraciones técnicas y dieron el visto bueno. A partir de ese entonces, Llerena acogió a Jaramillo como un seleccionado más de la provincia.
Con apoyo de la FDP, el pedalista de 18 años se entrenó durante dos meses en el velódromo de Totoracocha, en Cuenca y 15 días en Quito. El objetivo era adaptarse a la altitud de la capital azuaya (2 550 msnm) para llegar en óptimas condiciones a los V Juegos Nacionales Juveniles.
Su preparación tuvo los resultados esperados. El pasado 7 de mayo ganó medalla de oro e impuso nuevo récord nacional en la prueba de persecución individual (3 kilómetros) con un tiempo de 3 minutos, 25 segundos y 800 centésimas. De esa manera quebró la marca de Francisco Encalada (3:27,00), impuesta hace 10 años.
Tras la presea dorada y el récord, su nuevo desafío es el Panamericano Juvenil de Ciclismo que se realizará a mediados del próximo mes en México. “Allá quiero subirme al podio”. Si cumple ese objetivo pudiera clasificarse a un Mundial.
En el Panamericano, según Caicedo, competirá en un velódromo de madera de 250 metros longitud y con cubierta. Esas condiciones le permitirían mejorar la marca e incluso si registra por debajo de 3 minutos y 21 segundos “puede ser un seguro medallista”.
Jaramillo sueña con clasificarse a unos Olímpicos de mayores y obtener una medalla mundial. Cada día se entrena para mejorar sus tiempos. Él está motivado porque recibe apoyo del equipo Movistar.
Su pasión siempre fue el ciclismo, pese a que su estatura (1,87 metros) le favorece para basquetbolista. Caicedo destaca que Jaramillo tiene la misma talla y contextura física de los ciclistas europeos.