Felipe Adao era un jugador inexpresivo en la cancha. Se mostró poco y su presencia en la cancha fue fantasmal. Pero, en la primera opción clara que tuvo, marcó el gol que significó el de la victoria para Independiente del Valle, 1-0 ante Olmedo.
El partido era complicado para el ariete brasileño y para sus compañeros, porque Olmedo cambió su fisonomía bajo la batuta de Roque Alfaro. Con orden táctico y juego colectivo, los riobambeños sacaban el empate en Sangolquí.
Durante gran parte del partido, la visita supo controlar al equipo sangolquileño, que también empieza a adaptarse al estilo del técnico uruguayo Pablo Repetto.
Aunque pasó dos sustos cuando recibió un gol que fue anulado por fuera de juego, y un palazo impactado por Daniel Samaniego, quien ayer jugó como delantero.
Olmedo llegó al estadio Rumiñahui con ambición por la urgencia de salir del último lugar de la tabla de posiciones acumulada. Alfaro ordenó un esquema 4-4-2, con dos delanteros y dos volantes ofensivos. Fueron respaldados por dos volantes de contención.
Al frente, Independiente se plantó con un sistema similar, pero con Samaniego improvisado como ariete, junto con Adao, quien en el minuto 75 se elevó para conectar un tiro de esquina y alegrar a la hinchada.
Hasta antes de la conquista, el ariete brasileño tuvo dificultades para superar a sus celadores, los experimentados Carlos Javier Caicedo y Luis Zambrano.
Pero, a partir del tanto, Olmedo se vio en la necesidad de atacar, dejando espacios que Fernando Guerrero, Samaniego y el mismo Adao, no supieron aprovechar.
Independiente se impuso con ese tanto, mientras Olmedo ya mira de reojo a la Serie B.