Carlos Arroyo, de la Sub 14 de Independiente del Valle, se entrena en su casa. Cortesía Independiente del Valle
Las habitaciones del complejo de Chillo Jijón están vacías. En el centro de entrenamientos del Independiente del Valle, donde residían 130 juveniles, ahora reina el silencio. El covid-19 no solo afectó las arcas del club, sino que también cortó, por ahora, el proceso formativo de los jugadores desde la Sub 12 hasta la Reserva.
La Federación Ecuatoriana de Fútbol decidió eliminar los torneos provinciales y nacionales en todas las categorías de la temporada. Con esta decisión, 2 117 futbolistas se quedarán sin actividad.
Iván Vásquez, director de formativas de Independiente del Valle, asegura que esa decisión de la Ecuafútbol causará repercusiones complejas. No solamente se suspende la competencia sino que se pierde un año de formación.
“Por su filosofía de formadores de talentos, Independiente del Valle es uno de los clubes más afectados. Para nosotros, la competencia era parte fundamental en la crianza y maduración de los jugadores”, asegura Vásquez.
Los rayados, este año, fueron campeones de la Libertadores Sub 20. De esa nómina, algunos ya están en la dinámica de Primera con el DT Miguel Ángel Ramírez; otros fueron seleccionados para que se mantengan activos en las prácticas con la filial Independiente Juniors, de la Serie B.
“Hicimos un selectivo de jugadores Sub 18 y Reserva para que se entrenen con la filial, pero no van a tener competencia. El resto se entrena en casa con Zoom”, revela Vásquez.
En Aucas, el club también decidió no exponer a sus futbolistas. Sus 150 juveniles se mantienen en sus casas. Los entrenadores de las distintas categorías hacen una evaluación periódica para controlar que los trabajos se cumplan.
Luis Soler, secretario técnico y encargado de formativas de Aucas, reconoce lo complicado que ha sido mantener activos a tantos chicos a la distancia. Los más perjudicados son los de la Sub 16, 18 y Reserva.
“A los más chicos, lo mejor que les pudo pasar es estar cerca de sus padres. Pero los que sí se ven perjudicados en lo físico y táctico son los más grandes. Ellos necesitan de la competencia para culminar su formación”, asegura el argentino.
Soler asegura que uno de los principales problemas es la conectividad. No todos tienen Internet o ‘smartphones’.
“Con los entrenamientos nos pasa lo mismo que en las escuelas públicas. Los chicos están en sus casas y muchos alejados de las ciudades y pueblos. No tienen Internet, pero tratan de cumplir con nosotros”, asegura Soler.
La fuga de talentos también tiene preocupados a los entrenadores. Pablo Amaya, de El Nacional, fue bicampeón el año pasado con la Reserva y ahora es testigo de cómo algunos de sus jugadores se marchan. La mayoría se van en condición de préstamo a equipos de la Segunda Categoría.
“Es preocupante la suspensión de los torneos porque los chicos pierden la motivación. Además hay una fuga de talentos. Las formativas son el patrimonio que tienen los clubes”, asegura Amaya.
Barcelona también ve con preocupación la falta de ritmo que tendrán sus jugadores el próximo año. Leonardo Giogosa, coordinador de formativas, asegura que durante esta pandemia han buscado la forma de mantener actividades.
Han realizado charlas y conferencias con expertos externos, pero la falta de partidos repercutirá en el futuro. En Barcelona SC y su filial de Segunda Categoría (Toreros) se quedarán sin actividad 400 adolescentes.
“Hemos tratado de que estén conectados, pero no todos cuentan con espacios adecuados. Algunos se entrenan en un pequeño corredor y esa no es la manera de formarlos”, afirma Giogosa.
Esta misma realidad se replica en Liga de Quito. Los albos esperaban que se reanudasen los entrenamientos en agosto. Incluso elaboraron un plan de trabajo con fundamentos científicos para su cantera. Pero esta solamente será aplicada a dos grupos selectos.
Mauro Peralta, jefe de formativas, lamenta lo sucedido, pero entiende que se dio prioridad a la salud de los deportistas. Como equipo, hicieron dos grupos que trabajan en Pomasqui. El primero, de 24 jugadores, intervendrá en la Segunda Categoría de Pichincha gracias a un convenio que realizó en enero el club con Atlético Kin, de Cotopaxi.