Desde su creación, hace siete años, el Fondo de Fomento Cinematográfico se convirtió en una pieza clave para apuntalar el crecimiento de este sector. Los cineastas lo ven como un estímulo para dar vida a su producción audiovisual y alcanzar financiamiento externo.
El CnCine, que maneja este fondo, ha desembolsado USD 4,6 millones, entre 2007 y 2013, para apoyar a 218 proyectos. Y para este año prevé dar USD 1,9 millones; esto representa más del doble de la asignación del 2007, que fue de USD 820 000.
Las épocas en que los realizadores solo podían invertir sus propios recursos, hipotecar bienes, buscar créditos por aquí y allá y se presentaba un estreno cada tres años, poco a poco están cambiando.
El año pasado se estrenaron 13 largometrajes de producción y coproducción nacional en las salas de cine comercial. Anahí Hoeneisen, codirectora de ‘Ochentaisiete’ -proyecto que hasta este año recibió USD 141 250 divididos en cuatro etapas- cree que el CnCine, además de apoyo económico, es un aval para solicitar fondos internacionales.
Hay muchos organismos extranjeros que apoyan pero la mayoría solicita levantamiento de recursos previos, enfatiza. Su película –que está por estrenarse este 19 de septiembre- cuesta cerca de USD 600 000. Esto se logró gracias a una coproducción con Argentina y Alemania, el fondo Ibermedia e inversionistas y auspiciantes privados.
Las asignaciones económicas, en estos siete años, varían desde USD 5 000 hasta 110 000. Arturo Yépez, productor y profesor, hace un énfasis: se trata de un concurso no de un regalo. Hay que cumplir una serie de requisitos legales, administrativos, técnicos, económicos y, sobre todo, presentar un plan de trabajo sólido y realizable.
Entre ellos están: largometrajes de ficción, documentales, cortometrajes, muestras y festivales. Pero también se financia capacitaciones.
Los directores de proyectos concursan una o más veces al año en distintas categorías; una vez que fueron preseleccionados defienden su postulación ante un comité de selección, conformado por profesionales nacionales e internacionales.
Por ejemplo, en el 2013, postularon 236 proyectos en nueve categorías, la mayoría lo hizo en escritura de guión (88), y salieron beneficiados 38.
El director Víctor Arregui ha recibido USD 72 000 para la producción y posproducción de la cinta ‘El Facilitador’ que costó cerca de USD 350 000 y para ‘Cuando me toque a mí’, en cambio, obtuvo USD 45 000.
Antes de que exista este fondo recuerda que para su primera película ‘Fuera de juego’ formó una especie de cooperativa, en la que todo su equipo técnico aportó recursos.
Las categorías de los concursos cambian de un año a otro, según las necesidades que el CnCine identifica. En el 2007 se inició con ocho y este año fueron 12 divididas en dos entregas. Entre las categorías nuevas están: Investigación y publicaciones de cine y Telefilme de ficción o documental.
Las que más aportes han recibido son: posproducción, producción de largometraje de ficción y de documental.
Alfredo León, director de ‘Mono con gallinas’, la película que más dinero obtuvo en varias categorías desde el 2007, cree que este tipo de concursos ayudan a que suban los estándares de calidad del cine nacional.
Si en una ocasión no se gana hay la opción de mejorar y presentarse las veces que sean necesarias. Esta cinta, que recibió USD 110 000, costó 700 000 y ganó el Premio Nacional Augusto San Miguel.
La segunda película más financiada por CnCine es ‘Sin otoño sin primavera’ con USD 90 000 y se hizo en coproducción con tres empresas de Ecuador, Colombia y Francia.
Para cada categoría se fijan montos mínimos y máximos, por lo que el CnCine no financia todo el proyecto, cubre hasta 50% del presupuesto total.
Aunque la participación por etapas y los cambios en el presupuesto -debido a arreglos en guión, formatos de producción, etc.- no permiten que el CnCine pueda asegurarse de que el proyecto reciba hasta 50%, más o menos.
Y en categorías, como cortometrajes y producción audiovisual comunitaria han financiado hasta 100%.
La directora y productora Gabriela Calvache recibió USD 170 000, en tres categorías. Esto cubre 20% de la producción de la cinta ‘La mala noche’, nombre provisional que reemplaza a ‘La puta realidad’. El resto de medios los buscó en Ibermedia, el mercado de Cannes, auspicios de la Alianza Francesa.
Ella reconoce que un cineasta sigue siendo joven con 10 años de experiencia, por la complejidad que tiene el séptimo arte y esto hace que el acceso a estos fondos sea muy competitivo.
El director Paúl Venegas solicitó un crédito de USD
45 000 al Fondo de Cultura y su productora, Xanadu Films, invirtió USD 70 000 a más de los 60 000 que le dio CnCine, para financiar ‘La llamada’.
Según el CnCine, el Fondo también motivó a la diversificación de postulantes y a que se consolide un grupo de empresas y personas dedicadas a la actividad de forma continua. Por esto, además, se permite que participen con varios proyectos al mismo tiempo.
Para respaldar el uso de los fondos, los cineastas tienen dos opciones: la entrega de una garantía de buen uso de anticipo, emitida por una aseguradora o un banco o los realizadores reciben porcentajes del monto asignado a medida que entregan sus productos y facturas.