Desde 2008 hasta 2016 la cantidad de motos matriculadas en Ecuador aumentó de 85 918 a 477 918, es decir, seis veces más. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Más familias ecuatorianas han visto en las motocicletas la mejor opción para ahorrar, generar empleo, mejorar sus tiempos de desplazamiento y en conclusión mejorar su calidad de vida. La diferencia de motos matriculadas en Ecuador con el resto de automotores livianos se evidencia en los registros del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) de los últimos ocho años.
Desde 2008 hasta 2016 la cantidad de motos matriculadas aumentó de 85 918 a 477 918, es decir, seis veces más. En este mismo período, los vehículos registrados, en cambio, subieron de 336 281 a 636 296. Esto es dos veces más.
El promedio anual de crecimiento de motos ha sido del 30%, mientras que de los vehículos tipo SUV (todoterreno pero ligeros) fue del 13,88% y seguido de los autos con un 8,88%.
Alejandro Piñeyros, de 30 años, optó por comprar una moto a inicios del 2017 por la facilidad para movilizarse en Quito y porque consideró que es menos costoso que un vehículo usado en el que pensaba gastar hasta USD 8 000. La moto –también usada- le costó USD 700. Los gastos de gasolina también son más bajos. A la semana cancela máximo USD 3, cuando solo se moviliza desde la casa al trabajo.
Otro de los beneficios para Piñeyros es el ahorro de tiempo. Desde el norte de la ciudad se demora 30 minutos en llegar al trabajo, en el centro norte; antes se demoraba hasta una hora dependiendo de la congestión y el horario.
Jaime Cucalón, presidente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz, confirma que la preferencia por las motos se debe, principalmente, a los costos. “La persona que antes gastaba hasta USD 40 mensuales en bus, ahora puede pagar por 70 las letras de la moto y tener su propia movilización”.
En almacenes de Quito se pueden encontrar motos nuevas desde USD 1 300 y diferirse hasta 24 meses, cuando se trata de motos de menor cilindraje (con menos potencia). También se pueden encontrar motocicletas deportivas o semiautomáticas en locales de electrodomésticos, como Comandato, donde hay motos desde USD 2 000 hasta USD 4 000. Mientras que por internet se puede encontrar a USD 600, dependiendo del año y la marca.
Juan García, vendedor de Jamadi Motos -donde se comercializan motocicletas de origen hindú en Quito, dice que la mayoría de compradores busca una moto de un mínimo de 125 de cilindraje y semi automática, que son ideales para circular en la ciudad o para negocios de entrega a domicilio, afirma. En promedio, en este local se puede comprar una moto desde los USD 2 800 (150 de cilindraje).
Otras de las razones por las que Carlos Cardona, de 30 años, optó por una moto es por la facilidad de estacionar en todo el país y conseguir repuestos. Lleva siete años con moto.
Guayas lidera la venta de motos
Las provincias donde se registraron más motocicletas en el 2008 fueron en este orden: Los Ríos, Guayas, Manabí, Pichincha y El Oro. Ocho años después, Guayas pasó a liderar la lista, seguido de Pichincha; Los Ríos bajó al tercer puesto y después están Manabí y El Oro.
A excepción del 2015, Guayas es la provincia donde más motos se han vendido, sin embargo, desde noviembre del 2017, se establecieron nuevas medidas para su venta. La Agencia de Tránsito Municipal fijó que cada moto vendida debe entregarse matriculada y con las placas colocadas.
Para Antonio Torres, presidente de la Federación Ecuatoriana de Motociclismo del Ecuador, coincide en que la tendencia a comprar más motos es por los bajos costos (en gasolina y mantenimiento) y la facilidad que implica utilizarla en las ciudades con intensa congestión vehicular.
“La motocicleta es un medio de transporte popular. Un padre de familia ya utiliza la moto para movilizar a su familia y para ir al trabajo. Además es un transporte amigable con el buen ambiente, no contamina mucho y ayuda en el tráfico”, dice Torres.
En Pichincha, el número de motocicletas creció siete veces en el tiempo analizado, principalmente, en Quito.
Leonado Gómez, de la capital, compró su moto desde hace dos años en USD 4 000, para movilizarse a diario desde su casa ubicada en Pomasqui, al extremo norte. “La moto tiene un recorrido de casi 10 000 kilómetros por año, tal vez un poco más. La compré porque es más veloz, práctica y por los costos…”. A la semana gasta máximo en USD 5 en gasolina. Antes cuando iba en buses y taxi en las noches gastaba hasta USD 1.60 diarios.
Gabriela Mestanza y Daniel Galvis también prefieren la moto por la facilidad de moverse en la ciudad sobre todo cuando hay tráfico. Ella la tiene desde hace un año, él hace nueve. “Mejora el tránsito y consumo siete dólares en gasolina por semana. Eso me dura hasta los 300 km de recorrido”, insiste Galvis.
En el área rural de Manabí se destaca la compra de motos para movilizar los productos agrícolas y facilitar los traslados a la ciudad.
César Arias, experto en movilidad, opina que el uso de una motocicleta no puede ser considerado como una alternativa principalmente en las grandes ciudades. “Actualmente en el mundo se propone el uso del transporte público. Desde ese punto de vista no es conveniente alentar la compra de la moto. Lo único que tiene de beneficio es que están al alcance del bolsillo de mucha gente”.
En términos de ocupación del espacio público, agrega Arias, la moto ocupa el mismo espacio que un vehículo particular. “Las vías no dan abasto para los vehículos particulares y cada vez hay más congestión”.