Este material se utilizó como una extensión en obras para un detalle contemporáneo. En la foto la Casa Fahle luce una extensión de seis pisos, está en Estonia. Fotos: Plataforma Arquitectura
E l vidrio se convierte en un recurso que agrega modernidad sin dejar de lado la belleza histórica de estas obras, logrando así un contraste entre lo existente y lo nuevo.
Como parte de fachadas, cubiertas o estructuras, este material se articula entre la edificación y el paisaje urbano. Según el portal Plataforma Arquitectura, cuando se solicita una extensión de un edificio histórico con frecuencia los arquitectos optan por intervenciones de vidrio, que se caracterizan por ser transparentes y reflexivas.
Algunos deciden permanecer neutrales y sutiles al tratar con una estructura más antigua, mientras que otros eligen un diseño más audaz y abierto para manifestar su carácter contemporáneo.
El Corso tiene un techo de vidrio. Está en Praga.
Los proyectos realizados en países como Canadá, Francia, República Checa, Estonia, tienen su propia motivación y razonamiento conceptual y por ello los resultados son muy diversos y únicos.
El Museo Nacional de la Naturaleza en Canadá es un ejemplo. Este recibió un giro contemporáneo gracias a la adición de una entidad de vidrio en la entrada que reemplazó una torre inicial que fue eliminada en 1915.
Otra intervención es en la Casa Fahle, en Estonia. Construida como una fábrica de celulosa y papel en la década de 1920, hoy es un complejo de oficinas y viviendas.
La sala de calderas inicial, el volumen principal, creados por el arquitecto estonio Erich Jacoby, están coronados por una intervención moderna de seis pisos con ese material.
The Heast Tower sobre un edificio de 1928, está en Nueva York.
Otro ejemplo es la torre comercial The Heast Tower en Nueva York, inaugurada en 2006. Tiene una adición de 46 pisos. Se conservaron las fachadas históricas y se extendió verticalmente a través de un marco de acero y vidrio en forma de diamante.
En Praga está otra de las obras. Se trata del edifico Corso terminado en el 2000.
Este bloque de oficinas era anteriormente una nave industrial construida alrededor de 1890 donde se producían calderas de chapa.
Según la plataforma, el edificio tiene su base renovada para preservar su valor histórico y un nuevo techo de vidrio agregado para modernizar el proyecto y crear un sutil contraste entre el pasado y el presente. La nueva incorporación respeta la tipología original y crea un espacio de trabajo eficiente. El vidrio permite el ingreso de luz y una integración del interior con el exterior.