Las instalaciones expuestas se conjugan con pisos y paredes sin acabados. Fotos: Julio Estrella / EL COMERCIO
La vivienda de interés público no tiene por qué restar calidad a su diseño arquitectónico. Bajo esta premisa se levanta San Telmo, en el valle de Los Chillos, a cinco minutos del parque de Conocoto.
La propuesta de vivienda, que se encuentra en la última fase de construcción, se enmarca en la alianza público-privada, que ofrece créditos al 4,87% de interés, a 20 años plazo para viviendas de interés público de hasta USD 70 000.
En estas propuestas, las cuotas se pueden comparar con las del pago de un arriendo, explica Pablo Puente, arquitecto a cargo de San Telmo.
Las estructuras metálicas están rellenas de hormigón y permitieron la optimización en tiempo y en recursos.
Puente indica que la flexibilidad económica del proyecto radica en su capacidad de adaptarse a nuevos usos que activen la economía de sus habitantes. “Se han planificado espacios libres para usar en actividades comerciales y así solventar costos operativos en un mediano y largo plazos”.
San Telmo cuenta con 22 departamentos de 82 m², divididos en cuatro bloques, dentro de generosos espacios verdes, recreativos y comunales.
“Se extrapoló el concepto de vivienda unifamiliar aislada (con jardín y espacios para crecer) a un sistema que potencie esas posibilidades de ocupación y/o ampliación. El proyecto se aleja del paradigma nacional de hacinamiento y poca articulación espacial; estigma que usualmente tiene la vivienda accesible”.
En el diseño de las áreas comunales se aplicó ladrillo para lograr permeabilidad entre los espacios.
Esta característica se logró aprovechando la altura para liberar más espacio a nivel del terreno y separando los linderos para mejorar la entrada de iluminación natural.
Pero hay algo que destaca de este proyecto de índole social: su diseño no es convencional. Con bloques y ladrillos vistos, sin recubrimientos, su estética sugiere un concepto moderno, con optimización de recursos.
“A través del diseño revalorizamos materiales comúnmente utilizados por su disponibilidad y economía, pero discriminados y recubiertos por su estética. Eliminar recubrimientos innecesarios nos permite reducir costos y mejorar la calidad constructiva sin sacrificar el confort”.
Especialmente en el interior, destaca el bloque rectificado, con su rusticidad natural pero con un brillo peculiar gracias a un recubrimiento con resina.
Las divisiones interiores son con madera retirable para adaptar los espacios a las necesidades familiares.
La estructura metálica vista se conjuga con instalaciones eléctricas expuestas, que contemplaron mayor exigencia en el diseño interior, asegura el arquitecto Puente. “Al optimizar procesos constructivos, por ejemplo, eliminamos el uso del cielorraso, lo que implica rigurosidad en el diseño de las conexiones eléctricas, que van a quedar a la vista”.
El piso de hormigón fundido es otra apuesta por el diseño alternativo. Lo primero fue darle un buen alisado a la superficie para luego aplicar una reacción química, producida por el contacto de la cal con el hormigón, que oxidan el piso. Finalmente, se puso una protección plástica estética y funcional.
Cada departamento tiene tres dormitorios, dos baños completos, sala, comedor, cocina, cuarto de máquinas y un patio con doble altura.
Las paredes que dividen los ambientes interiores son de madera de eucalipto y removibles. Con estas es posible modificar los espacios según las necesidades. Por ejemplo, se pueden retirar para obtener un área tipo loft o unificar los dos dormitorios secundarios para formar un megacuarto máster.
El mobiliario fijo en cocinas y dormitorios es de tableros OSB con destajes que no requieren el uso de herrajes.
El mobiliario fijo, en cambio, es de tableros OSB con destajes que reducen herrajes.
En el las zonas comunales, en cambio, se eligió el ladrillo para el diseño de ambientes, por su permeabilidad. Este material al natural conjuga en forma y color con el bloque.
La sismorresistencia no queda fuera de las cualidades de San Telmo, así como la conciencia ambiental. “El proyecto fue diseñado para reducir el impacto ambiental durante el proceso de construcción y durante de su ciclo operativo”.
La reducción en el consumo de energía se logró través de bombillas eficientes, relación adecuada entre ventanas y paredes, contadores inteligentes, orientación este-oeste, grifería eficiente, paredes y pisos sin acabados, losa de hormigón ligero, entre otros. Con esto, el proyecto ahorra un 22,9% de energía, 28,5% de agua y 37,1% de materiales.
San Telmo no se define con un estilo, aseguran sus constructores. “Más bien, el estilo es el resultado de los procesos constructivos aplicados”.