Con consolas y accesorios de metal se logran ambientes minimalistas. Foto: Diego Pallero/ Construir.
El metal es el material en el que Rubén Ricaurte se inspira para crear piezas de arte que introducen cualquier ambiente en el desintegracionismo, el estilo del artista.
Grandes estancias, como el ‘lobby’ de un hotel, las zonas comunales o los amplios salones son sitios ideales para que una obra de este artista riobambeño le ponga el toque decorativo moderno, por las características del trabajo.
El desintegracionismo consiste en la corrosión del metal gracias a la intervención abrupta de los cuatro elementos de la naturaleza: agua, aire, fuego y tierra. El resultado son algunas piezas abstractas y otras con formas animales, humanas o geométricas.
Las esculturas de formas humanas y animales también son decorativas.Foto: Diego Pallero/ Construir.
Ricaurte cuenta que la base para sus creaciones fue el trabajo en madera. Al realizarlo observó que las termitas que criaba la desgastaban y dejaban piezas de arte como huellas de su paso.
Una pieza decorativa pequeña puede tomar tres días. Una grande, tres meses o hasta un año, si la inspiración y los materiales así lo requieren.
Para el artista de 39 años, la obra debe ser perfecta, por lo que, si en medio de una creación tiene que parar, lo hace hasta encontrar el equilibrio.
Las piezas de arte para pared pueden cumplir la función de cuadros. Foto: Diego Pallero/ Construir.
Las piezas de arte se hacen de forma totalmente manual, con el uso de herramientas como antorchas industriales, diferentes tipos de martillos, amoladoras para pulir los acabados, taladros, playos para doblar y golpear y demás.
Aunque el tratamiento del metal requiere fuerza, Ricaurte comenta que la dificultad para moldearlo es precisamente lo que le llama a trabajar sobre él. “Sin embargo, la técnica hace que se deba emplear menos fuerza”.
Aunque las piezas que se destacan son de hasta 30 metros, para espacios amplios, el artista también realiza alternativas de menor tamaño, que bien se pueden utilizar en la decoración de la casa.
En Ridal Galería (Rubio de Arévalo y pasaje Génova), Ricaurte tiene una muestra con esculturas, obras para pared y hasta accesorios de mesa.
Además, el mobiliario no es la excepción. Hay consolas con base de hierro que se pueden acoplar a estancias de descanso o recibidores, acompañadas de una pieza sobre la pared. “Así se tiene una decoración fuera de lo convencional, elegante y minimalista”. asegura Ricaurte.
Un escritorio de hierro y mármol se conjuga con accesorios abstractos en el ambiente. Foto: Diego Pallero/ Construir.
Escritorios con figuras logradas sobre el metal y piezas tipo cuadro también cuentan entre las opciones que combinan hierro con otros materiales como el vidrio o el mármol.
El punto final de cada obra es el tejido, que se observa en todas las creaciones. Un accesorio puede costar USD 180 y una pieza más grande, USD 2 500.