Muebles y accesorios antiguos para la decoración del presente

Este diseño es de la arquitecta Fernanda Torres para el taller GreenLiving. Fotos: cortesía Greenliving, Pavel Calahorrano, Diego Pallero y Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Este diseño es de la arquitecta Fernanda Torres para el taller GreenLiving. Fotos: cortesía Greenliving, Pavel Calahorrano, Diego Pallero y Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Este diseño es de la arquitecta Fernanda Torres para el taller GreenLiving. Fotos: cortesía Greenliving, Pavel Calahorrano, Diego Pallero y Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Tener en la casa un mueble, cuadro o accesorio heredado de los abuelos o los padres es una aspiración de todos. Un mueble antiguo suma a su valía como objeto, un ‘currículo’ lleno de historia, recuerdos y querencias.

Un mueble o un accesorio antiguo añade a sus cualidades intrínsecas el tiempo de vida. Ese simple elemento, explica el Arq. Pedro Moreno Jarrín, es suficiente para dar un valor añadido al objeto en cuestión. Y muchas veces lo vuelve invalorable; e invendible.

Moreno cuenta que varios sofás de su residencia actual tienen una bitácora de ese compás, pues los encontró de casualidad en una hacienda que compró para realizar un proyecto habitacional. Luego de varios años de tira y afloja, su propietaria decidió venderlos ante su insistencia.

Los baúles, como este de Pigalle Galería, son clásicos.

Claro, muchos de estos complementos quedaron fuera de onda hace mucho tiempo y fueron relegados al rincón más oscuro de las casas o guardados dentro de las bodegas o buhardillas. Por ese motivo, explica Moreno, siempre necesitan una reparación a tono con su vieja importancia.

Esa es, precisamente, la arista que mueve a muchas tiendas de decoración interior a remover cielo y tierra buscando esos valiosos muebles para restaurarlos y, así, ofrecerlos a los ávidos clientes.

En el país hay marcas reconocidas como Kare, Létagge, La Pigale, Home Vega, Green Living de Fernanda Torres…

Estos sofás de estilo art deco fueron reciclados por el Arq. Pedro Moreno.

Pero, ¿cuáles son las ventajas de tener un mueble antiguo en casa? El interiorista José Antonio Rivas apunta una: muchos de estos muebles son de madera sólida, algunos de ellos cotizados por coleccionistas, lo que lleva a poseer una pieza única de decoración, creando ambientes insuperables.

La diseñadora Carolina Zambrano anota otra ventaja: su versatilidad. Siempre puede haber algún mueble o accesorio que se acople a nuestro estilo y que, en ocasiones, con pequeños cambios (lacas, tapiz) puede verse como nuevo sin un costo excesivo, afirma.

Los canapés clásicos funcionan en cualquier estilo.

Lourdes Vélez, también interiorista y socia de L’Etage apunta un tercer beneficio: la originalidad. Según Vélez, un espacio donde se incluye un mueble antiguo se convierte en un sitio único y con mucho encanto; en un pequeño tesoro dentro de la casa.

La clave es no envolverse solo con lo clásico, explica Rivas. “Los muebles antiguos -reciclados o heredados- deben romper las líneas rectas que predominan en la actualidad. Por esta razón, las cortinas y pisos tienen que ser de corte vanguardista. Y los colores los que están en tendencia”.

Dejavú propone los arcones de madera y hierro.

Vélez recalca que las piezas antiguas deben colocarse en puntos clave, para que den personalidad y carácter a la estancia. Zambrano refuerza la importancia de la ubicación, pues un objeto antiguo no debe recargar el ambiente.

Aunque todo accesorio antiguo es valioso, los ideales son: para la sala una butaca clásica con tapiz atractivo; una estantería de apoyo o una consola para el comedor; una alacena para la cocina; y un espejo de pie o una mesita de noche en las alcobas, según Vélez.

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