Las poltronas y sillones reclinables forman parte del mobiliario complementario. Armonizan diversos ambientes de la vivienda con sus colores y su funcionalidad. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Todos guardamos en la mente la casa de nuestros sueños. Se grabó en la memoria por detalles como el color de las paredes, la distribución de los espacios o por un determinado accesorio. Para eso, precisamente, fue diseñado el mobiliario auxiliar: para impactar, según María Fernanda Andrade, interiorista.
En esa lista están las poltronas, pufs y sillones reclinables. Tiendas especializadas -nacionales y franquicias- comercializan modelos cargados de estilo, que motivan a cotizarlos. Hay para todo bolsillo y gusto, dependiendo de la edad de las personas.
José Rivas, arquitecto especializado en diseño de interiores, cuenta que actualmente esos elementos se caracterizan por su versatilidad y por lucir formas y colores llamativos que irrumpen el diseño de un ambiente pero que mantienen un hilo conductor en relación con la decoración.
Los sillones reclinables ofrecen confort total al usuario. Sirven para mirar el televisor, leer y descansar. Foto: Vicente Costales
En una sala con muebles de color verde, por ejemplo, Rivas sugiere una poltrona con un tapiz beige, ‘salpicado’ por tonos amarillos, cafés, rojos y verdes.
Quien ingrese a esa casa indudablemente tendrá la imagen de ese mobiliario en su mente por algún tiempo. Allí el tono verde funciona como hilo conductor.
Andrade sugiere, en cambio, utilizar un puf o poltrona, por ejemplo, con un tapiz de tono similar al de los cojines del juego de sala, para así mantener la armonía. Si las almohadillas son azules, el mobiliario complementario tendrá que contar con ese tono.
Funciona de igual forma si coloca el mobiliario auxiliar en una sala de televisión o dentro de un dormitorio.
Las poltronas, pufs y sillones reclinables son versátiles, porque lucen en ambientes como la sala, dormitorios, salas de televisión e incluso en el inicio de un pasillo o corredor.
Para las viviendas que disponen de esos últimos espacios, el español Miguel García, decorador de interiores, sugiere un puf o poltrona junto a un pequeño recibidor. Esa sugerencia tiene acogida en el ‘lobby’ de los edificios u hoteles.
Los reclinables ofrecen servicios extras para el confort del usuario. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Aunque los colores fuertes y tapices con texturas predominan, Rivas asegura que la tendencia para este año son los tonos violeta y azul marino.
Andrade coincide con su colega, pero señala que las familias aún miran al violeta como un color femenino. “En otros países ese color tiene bastante acogida”.
Pese a la tendencia de tonos, la interiorista añade que el color y el estilo del mobiliario complementario deben estar en sintonía con la personalidad de cada habitante.
Dice que las personas adultas prefieren tonos tradicionales, como el café y negro, mientras que los más jóvenes se inclinan por colores más atrevidos. De allí la oferta de poltronas y pufs en tonos verdes, amarillos y naranjas. En Kare Design, por ejemplo, seduce una poltrona forrada con un tapiz que se asemeja a un pantalón vaquero. También hay otro ejemplar en tono cobre.
Cuando se trata de elegir un sillón reclinable, adultos y jóvenes lo prefieren forrado de cuero, por la facilidad para limpiarlo, pues la mayoría de personas lo ubican en la sala de televisión y en el dormitorio para descansar o mirar una serie o un partido de fútbol y, por lo general, lo hace con palomitas de maíz y gaseosa en mano.
Pero también hay sillones reclinables con diversidad de tapices y tecnología que impide la permanencia de las manchas. Hay otros reclinables con una tela más acogedora, como la gamuza. Varios de esos ejemplares poseen espacios para diversos usos.
Antes de seleccionar alguno de los elementos complementarios, los especialistas sugieren contar con la asesoría de un experto y con una idea clara del espacio, pues en lugar de poltronas o reclinables podría seleccionar un puf.
Estos, según Rivas, se caracterizan por adaptarse a espacios reducidos. Pueden estar en la sala, pero también en una esquina del dormitorio.
“Son ideales para departamentos pequeños, porque ahorran espacio. Además, son bastante funcionales”.
Los pufs son ideales en espacios reducidos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO