Los artesanos usan técnicas ancestrales en el tratamiento de la madera. Foto: Marcel Bonilla / CONSTRUIR
Sobre las paredes de una casa construida con madera y caña guadúa, se secan tablones de madera de 80 cm de ancho, dos metros de largo y 10 cm de espesor.
Estas piezas son utilizados en los tableros de las mesas estilo campestre de las cabañas en los balnearios Tonsupa, Atacames, Súa y Same.
La madera de color amarillo tiene un olor fragante mientras los artesanos le quitan, con formón, las rebabas dejadas por la sierra. Su principal característica es que es dura y, por eso, cuesta a los carpinteros cepillarla manualmente.
Los artesanos utilizan azuelas, hachas y formones para dar forma a cada mueble, que permanece a la intemperie para agilitar el proceso de secado natural. El pulido lo realizan con lijadoras eléctricas antes de la laca.
El ancho de los troncos llama la atención a los turistas que pasan por el taller de Arturo Macías, ubicado en la parroquia Tonsupa del cantón Atacames, sur de Esmeraldas.
Macías elabora bancos de madera utilizando restos de troncos de árboles, de los que usa la forma del madero para construir la base.
La madera proviene de árboles de mango, que se producen en la Unión de Atacames. Allí habitan montuvios y afros dedicados a la agricultura y al diseño de muebles rústicos con técnicas ancestrales, como lo hace Macías.
Emilio Quintero trabaja en el taller y se encarga de seleccionar cada tronco. “Se trata de hacer de lo rústico algo atractivo que se acople con el ambiente de playa”.
Los carpinteros, que aprendieron este arte en el campo, se encargan de que la madera por usar esté curada contra las polillas y completamente seca para colocar la laca o el barniz.
Presley Grueso, uno de los dueños de cabañas, asegura que los muebles trabajados con esa técnica dan un sentido más fresco a las casas de playa, por eso decidió amoblar su cabaña con ellos.
El costo de un juego de muebles está sobre los USD 300 por todo el detalle artesanal que implica su construcción. “No hemos tenido problemas por el precio, puesto que la demanda ha aumentado y son más extranjeros los interesados”, señala Arturo Macías.