Sitios de encuentro sobresalen con un diseño planificado

Para las composiciones se selecciona vegetación según el tipo de clima. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Los jardines como espacios para la recreación y el esparcimiento también se conciben como lugares articulados y continuos a la vivienda o construcción. En la actualidad, las áreas exteriores ganan más valor cuando incorporan algo de naturaleza, contrastando así con el concreto de la ciudad.
Por ello, el diseño de jardines gana más adeptos cada día. Es todo un proceso de planificación con base en aspectos como el terreno, el clima y, sobre todo, en lo que busca la persona que lo va a utilizar. Estos sitios van más allá de un simple ornamento, deben ser espacios para compartir y vivirlos, acuerdan los expertos.
Mónica Dazzini, arquitecta paisajista y docente universitaria, rememora los orígenes del jardín y explica que representaban también áreas de sanación, espacios en donde principalmente se sembraban los alimentos y plantas medicinales. Ahora son sitios llenos de simbolismo: la familia, los amigos, las celebraciones y más.
Esta especialista señala que por eso lo fundamental en el diseño de jardines es comprender qué buscan los usuarios, cuál es su historia o cuál es el sentido que le quieren dar a ese espacio exterior de su vivienda .
Para la arquitecta Belén De Vacas y el diseñador Rafael Carrión, de Arquemio, cuando se diseña un jardín hay tres consideraciones esenciales: la ubicación energética y funcional respecto del espacio arquitectónico construido, el uso simbólico que va a tener y la relación con los usuarios con quienes interviene.
En este sentido, indican que hay paisajes que pueden aportar a que las personas estén más alertas o se distraigan fácilmente. Hay jardines que aportan a que se produzca una circulación fluida y otros que invitan a quedarse. Del mismo modo, se pueden diseñar jardines para que las personas salgan de la rutina dentro de la misma vivienda, y otros entornos verdes que logren la continuidad y la concentración en las actividades dentro de la construcción.
Señalan que la presencia de influencias filosóficas como la cosmovisión andina, el Zen o el Feng Shui, orientan de mejor forma la articulación de los espacios y jardines.

Los arbustos y árboles pequeños forman parte de estas composiciones.
En cuanto al proceso de implementación del jardín, primero se parte de la ubicación, del tipo de terreno, del clima del lugar y del tipo de tierra en donde se plantea crear esta área verde, según Isidro Calisto, de Jardín Express. Luego es importante definir el sistema de riego pues es vital para el mantenimiento. Esto se hace con base en las capacidades de presión del agua y del tamaño del lugar.
Tras este proceso, se establece el objetivo del área verde y el nivel de mantenimiento que pueden darle para luego identificar las especies que funcionan en el terreno y se adaptan a esas necesidades.
Calisto señala que lo óptimo es seleccionar especies perennes, ya que suelen vivir más o por lo general florecen y producen semillas más de una vez en su vida. Es clave crear una transición entre espacios y jugar con la altura, textura y colores de la vegetación y tener un terreno ya sea nivelado o con taludes según se requiera.