El artista quiteño Martín Zurita es el autor del mural que está en el primer piso del hotel Ibis. Fotos: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Un hotel con un diseño contemporáneo y con acabados de lujo recibe, desde el pasado 17 de enero, a visitantes de diferentes edades en sus 151 habitaciones, distribuidas en ocho pisos.
Se trata del primer Ibis en Quito, del Grupo AccorHotels. La edificación está en las calles Diego de Almagro y Belo Horizonte, en el norte de Quito, y fue desarrollada para captar el interés, sobre todo, de empresarios jóvenes, estudiantes y turistas.
El hotel de nueve pisos está ubicado en la Diego de Almagro y Belo Horizonte, norte de Quito.
Por eso, cuenta José Ochoa, promotor de los hoteles Ibis en Ecuador, incluyeron determinados materiales y colores en espacios como el ‘lobby’,
En el piso se destaca un mármol claro, mientras que en el bar hay detalles de madera que otorgan calidez al ambiente. Ese material se combina con los toques de metal presente en las lámparas colgantes.
Ochoa contó que la cadena solicitaba el uso de gigantografías en el techo y paredes, por ejemplo, pero junto a un grupo de expertos nacionales enviaron una propuesta para incluir alternativas que agradan al ecuatoriano y que son igual de acogedoras.
En el recibidor hay mármol traslúcido, mientras que en el piso ese material resalta en un tono más claro.
Tras varias charlas, la propuesta fue aprobada. Entonces colocaron mármol translúcido en el recibidor y un mármol oscuro en el ingreso a los ascensores. Incluyeron también un gran mural que evoca al Quito patrimonial: el artista Martín Zurita pintó la Basílica del Voto Nacional.
Adicionalmente, instalaron una cascada con 19 tipos de orquídeas, una planta emblemática del país. “Queremos que los visitantes reconozcan aquello que nos caracteriza”, asegura el arquitecto Iván Coellar Alvear, encargado de diseñar el ingreso, restaurante, cafetería, bar, área de ‘lounge’. El arquitecto Javier Santos, en cambio, diseñó el edificio.
La cascada y sus orquídeas forma parte del atractivo de este hotel.
Para la construcción utilizaron hormigón tradicional y un sistema de insonorización. Las paredes internas tienen gypsum y una espuma especial para evitar que el ruido pase de una habitación a otra.
Las ventanas también tienen tecnología que impide que los huéspedes escuchen el paso de los buses y autos, pues la Diego de Almagro es una calle bastante transitada.
Las ventanas también fueron diseñadas para retener el calor del día y así evitar el uso de calefacción para contribuir, de alguna manera, con el planeta. Para eso también incluyeron grifería con un sistema que calienta el agua en apenas cinco segundos.
La alfombra que recubre el pasillo es importada. Cumple con normas de seguridad.
Ochoa adelantó que tienen previsto analizar propuestas de energías limpias. Además de las habitaciones, cuatro de esas compartidas, el Hotel Ibis tiene gimnasio, una sala de reuniones que funciona en el noveno piso y dos sótanos.
Las habitaciones compartidas fueron diseñadas para parejas con niños o con personas con capacidades diferentes. En el exterior de las puertas de esos ambientes se colocará, en los próximos días, una placa en braille.
Las habitaciones cuentan con una cama diseñada exclusivamente para este hotel de tres estrellas. En el espaldar hay litografías con imágenes que evocan las riquezas del país. En una resalta un sombrero de paja toquilla.
Las camas fueron diseñadas para el primer Ibis en Quito.
Ese recurso está sobre una pared blanca, color que transmite una sensación de amplitud y limpieza, lo que la marca quiere mostrar en este hotel y en los nueve que espera construir en los próximos 10 años. El segundo Ibis se construirá en Guayaquil.
Las habitaciones tienen piso flotante, mientras que el pasillo está cubierto por una alfombra con los colores de la marca: gris, café y rojo.
Franck Pruvost, director de operaciones AccorHotels, asegura que es una mezcla de colores neutros con cálidos que transmiten sobriedad.
Materiales como la madera otorgan calidez al bar. Ese material se combina con el metal de las lámparas.
Todos esos tonos, a excepción del rojo, están en el ‘lobby’. En lugar de ese color seleccionaron un mostaza, por su toque jovial y acogedor. Está en sillas, pufs y butacas.