El aluminio se adhiere sobre una estructura del mismo material que se fija en el edificio. Foto: Cortesía ACIMCO
De larga duración, resistencia y de bajo mantenimiento, el aluminio compuesto se ha convertido en uno de los materiales más solicitados para revestir exteriores de edificios modernos.
Se considera uno de los revestimientos metálicos más ligeros; además, ofrece una variedad de acabados y su instalación es sencilla.
Bernardo Proaño, gerente de Negocios de Fachadas de Acimco, indica que este producto se creó en Alemania hace alrededor de 50 años. En el país, hace 15 se inició con la importación masiva del material, que en el momento no se fabrica en países de Sudamérica.
Destaca que es un material liviano pues el sistema completo -el panel y la subestructura- pesa 8 kilogramos por metro cuadrado.
Los paneles de aluminio compuesto tienen acabados en varios diseños, formas y colores. Foto: Seteco
Fachadas de restaurantes, edificios y residencias pueden revestirse con este recurso. En viviendas, por ejemplo, en el país aún no es tan común, sin embargo, se ofrece aluminio compuesto que se puede personalizar, según Proaño.
Este producto se importa desde España y tiene colores sólidos e incluso texturas. Uno, por ejemplo, simula al hormigón. Según este experto, los mayores productores de aluminio compuesto son China y países de Europa.
Por su parte, la arquitecta Paulina Guama, de Arkos Ecuador, resalta que este material resiste a los rayos ultravioleta y al fuego, y aísla del ruido. En cuanto a la instalación, este recurso se coloca en forma de bandeja sobre una subestructura de aluminio, acoplándose a la fachada del edificio de forma modular.
Otra manera de instalación es la fachada ventilada, que aún se no desarrolla en el país. Para ello se colocan perfiles verticales de aluminio en la estructura y se deja una cámara de aire entre esta y el panel, permitiendo la circulación natural del aire de forma constante en la edificación.