Las cabañas se agrupan junto a las montañas de colores. Sus fachadas y cubiertas se integran al entorno natural. Fotos: www.booking.com
La clave de la arquitectura ecológica está en la sostenibilidad, que no es otra cosa que aprovechar los recursos del entorno en beneficio de la edificación, respetando lo que más se pueda el sitio donde se construye.
Así, se debe echar mano de la energía solar, la luz natural, la lluvia, el viento o la vegetación para beneficiarse de ellos en forma de energía renovable o de otro tipo de ‘saldo a favor’.
Eso es, precisamente, lo que hicieron los arquitectos que diseñaron La Comarca, un hotel de estilo andino emplazado a 800 metros del centro de Purmamarca, un enclave ecológico de la provincia de Jujuy, en el norte argentino.
La piscina se ubica en un extremo del conjunto.
El singular hotel, explica el portal www.proyectoyobra.com, está rodeado de una cadena de cerros de colores en el corazón de la Quebrada de Humahuaca (nombrada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco).
La puna jujeña es un lugar único en el mundo por su entorno, sus silencios, sus álamos, sus cardones y sus cóndores. Es la provincia que más respira el Altiplano, con casas de adobe que se mantienen desde el siglo XVIII.
Todos los materiales que conforman la estructura y el mobiliario del hotel provienen de la zona. Son materiales nobles y tradicionales pero con una arquitectura actual, moderna y una decoración sumamente cuidada.
La chimenea es del corte tradicional andino de Jujuy.
El adobe y la piedra están en toda el área construida, incluidos los cerramientos de la piscina panorámica. Los tumbados son de carrizo, abundante en la zona, y las cubiertas de tejas de piedra pizarra, también muy común.
El hotel está estructurado en derredor de una plaza central, como los pueblos jujeños. La plaza está atravesada por un arroyo y pequeños jardines con flora autóctona. Así logra captar las vibraciones de un sitio mágico con cuidados detalles, señala el sitio Proyecto y Obra.
Rodeando a la plaza, recreando un caserío típico andino, se distribuyen en forma escalonada habitaciones dobles, casas y cabañas con pequeñas terrazas de piedra. Con sus tonos y los rojos, marrones de los cerros, terracotas y verdes del entorno montañoso se disfruta de un paisaje espléndido y sobrio.
La fusión con la naturaleza (cactus) es bien lograda.
Las amplias y luminosas habitaciones de La Comarca cuentan con calefacción y suelo de parqué, mientras que los cabañas disponen de chimenea, zona de comedor, cocina totalmente equipada y un patio privado con vistas a las montañas.
Pero La Comarca es mucho más que eso. Con una decoración rústica pero moderna, da cabida a un restaurante de nivel, cava, spa y gimnasio.
El spa incluye sauna, hidromasaje, sala de masajes y tratamientos de belleza. Toda la decoración responde a la tradición andina, con pinturas y obras de conocidos artistas locales, textiles de artesanos y diseños de vanguardia.