En Somos Restaurant hay un mural, elaborado por Apitatán, que muestra las riquezas de todas las regiones del país. Fotos: Galo Paguay/ CONSTRUIR
Después de 15 años de tenerlo en mente, la chef ejecutiva Alejandra Espinoza abrió las puertas de Somos, un restaurante que refleja, en su gastronomía y en su diseño, la diversidad cultural del país.
Con esa consigna, precisamente, retornó a Ecuador luego de vivir en Francia (10 años) y en Estados Unidos (5 años).
Al país europeo arribó cuando tenía 17 años y su gusto por el mundo de la cocina la llevó a conocer algunos países más.
En esos viajes coleccionó experiencias, pero también ideas para abrir su propio restaurante en su país de origen.
Las lámparas de mimbre fueron elaboradas por artesanos de una asociación ubicada en Esmeraldas.
Dice que Somos Restaurant representa la diversidad cultural y la riqueza del Ecuador en todas sus regiones. Para exhibir aquello recurrió al artista gráfico Juan Sebastián Aguirre, más conocido como Apitatán, que en dos meses realizó un mural impactante, llamativo. “Esa era la idea, y él entendió superbién lo que yo quería”, dice Espinoza.
El restaurante se instaló en una casa de 325 m² de construcción, donde antes funcionaba un karaoke. El lugar estaba dividido en microespacios, todos oscuros.
Es por eso que antes pintar y decorar, especialistas derribaron paredes con el propósito de aprovechar al máximo la iluminación natural.
Conservaron el piso, que es de madera natural, y el ladrillo, presente en un par de paredes.
El restaurante se instaló en una casa de 325 m² de construcción, donde antes funcionaba un karaoke.
Ese material, asegura Espinoza, otorga un toque de calidez al restaurante, al igual que la madera y las plantas naturales que abundan en el lugar.
El resto de paredes se pintó de blanco, tono que otorga luminosidad y sensación de amplitud. En la entrada colocaron mosaicos elaborados a mano por artesanos nacionales. Los pintaron, sobre todo, con los colores oficiales de Somos: abunda el verde, por ejemplo.
Para que los comensales se sientan en el país también colocaron lámparas elaboradas con mimbre por artesanos de una asociación ubicada en Esmeraldas. Las sillas, probadas en múltiples ocasiones, pertenecen a la marca LOMÉ. Poseen un terminado escandinavo, de los favoritos de Espinoza. Completan la decoración varias lámparas estilo industrial, para dar un toque de modernidad al espacio, que está dividido en dos plantas.
El mobiliario es de madera de laurel. Hay cerámica blanca en el sector de la cocina y mosaicos artesanales en el ingreso.
En la primera funcionan el restaurante con capacidad para 60 personas y el bar, para 25 visitantes más. Ese último se construyó con madera recuperada del exterior de la casa.
En la planta alta hay espacio para una galería de arte, un coctel o música en vivo. “La idea es crear movimiento dentro del lugar. Así es como funcionan los restaurantes en otras partes del mundo”.