Las pinturas están en el centro cultural y turístico Amarales, en Colope (Esmeraldas). Allí también hay artesanías. Fotos: Marcel Bonilla / CONSTRUIR.
Sobre el costado de una pared de ladrillos contigua a la playa están plasmadas dos pinturas con representaciones del pueblo afro, en el centro cultural y turístico Amarales, en Colope (Esmeraldas).
Al ingreso a la galería llama la atención un cuadro denominado Yo no fui, que muestra a un afroesmeraldeño sorprendido mientras tres mujeres afros bailan marimba con poses sensuales. Allí, él expresa: “Yo no tengo la culpa de que ellas se ponga eróticas”.
Las pinturas también hablan de la libertad y de la alegría del pueblo afro, porque las expresiones de los esmeraldeños son de libertad, por eso su bullaranga, memorias que se recogen en cada uno de los cuadros expuestos.
La galería, de 17 x 7 metros, fue construida con temáticas del pueblo negro, mujeres danzando marimba, para que los turistas nacionales y extranjeros conozcan más del saber ancestral, desde la óptica del artista plástico Rubén Darío Gutiérrez.
A la entrada del inmueble también se observan detalles artesanales que muestran la cultura de los habitantes de la localidad. Hay detalles decorativos tallados en madera, guadúa, concha, mate y coco, materia prima del medio.
Las piezas tienen detalles de color que resaltan.
Sobre una estantería hay rostros tallados en estopa, jarrones hechos con caña guadúa, ramas de árboles a las que les han dado forma de caballo y renos. La mayoría tiene acabados con laca y barniz.
Los amplios ventanales de la construcción permiten el paso de la luz natural durante el día y una ventilación permanente por estar a solo 200 metros de la playa de Colope, donde se percibe el olor a marisco en el ambiente playero. La luz artificial se utiliza solo en la noche.
El artista aprovecha los recursos que existen en el medio para pintar sobre la estructura del mate paisajes que están en el exterior: el manglar, los peces y hasta los cangrejos azules que se reproducen en ese hábitat, junto al manglar.
La decoración, con estos matices pintados en lienzo y muchos con marcos de caña guadúa, revive la cultura en una zona en la que se mezclan el hormigón, la madera y la caña guadúa en casas de descanso turístico, con capacidad para alrededor de 20 personas.
El artista Rubén Darío Gutiérrez explica que con las muestras pictóricas en las construcciones playeras trata que la cultura del pueblo afroesmeraldeño esté presente en las casas y en la mente de quienes visitan la zona, sobre todo entre los más jóvenes.
En las pinturas se observan figuras femeninas bailando marimba.
Los cuadros que decoran la galería con detalles ancestrales adornan el sitio, pero también son expuestos a los turistas que llegan a visitar la zona. A la mayoría le encanta el uso de colores vivos y las tradiciones bien representadas.
Adison Güisamano, antropólogo cultural, explica que esta mezcla de infraestructura con detalles ancestrales, sumada a una galería de cuadros de la cultura esmeraldeña, mantiene viva la arquitectura ancestral como espacio para mostrar la expresiones culturales por medio de la pintura.
Junto a la galería también construyeron una cabaña con una mezcla de hormigón y madera de la zona, en la que resalta el uso ancestral de la caña guadúa y la madera.
Allí se conjuga el cemento y la guadúa para que las casas resistan los fuertes vientos de la Costa y el salitre. Por eso también hay presencia de arena y arcilla en las construcciones, como lo hacían antiguamente los habitantes de la zona, conocimiento que se transmite de generación en generación.
Los espacios para descansar tipo ramada, al interior del centro, son de caña guadúa con techo de rampira, característicos en esta área costera del norte de Esmeraldas.
Las obras del artista plástico Rubén Darío Gutiérrez cuentan las tradiciones del pueblo afroesmeraldeño.
El portal de la casa tradicional está construido con madera rústica y rodeada de plantas medicinales, las mismas que los habitantes de Esmeraldas cultivan en sus casas para aliviar dolores estomacales, por ejemplo.
En las paredes de esta construcción, en su parte externa, se destaca una pintura del manglar. Se muestra el área de reproducción de conchas, almejas y cangrejos.
Los cuadros también están hechos con el cedazo de coco y concha molida, que se extrae de la playa. Ese arte decorativo también es un medio para mostrar las tradiciones de los pobladores de Esmeraldas.
Una de las características de los cuadros con temática afro que se muestran en la galería es que son únicos, ninguno se repite. Allí nada se hace en serie. Además, cada uno posee una carga energética distinta.
En cada cuadro la temática cambia, al igual que el uso de los colores. Esa producción única de arte, precisamente, permite a los turistas disfrutar de todo el recorrido y acercarse a la cultura de un pueblo que vive la vida con alegría.