La rampira y la guadúa son protagonistas en Las Palmas

Las edificaciones conservan técnicas ancestrales de construcción. Se destacan materiales como el bambú y caña guadúa. Las hamacas son elaboradas con mallas de pescar. Fotos: Marcel Bonilla / CONSTRUIR.

Las edificaciones conservan técnicas ancestrales de construcción. Se destacan materiales como el bambú y caña guadúa. Las hamacas son elaboradas con mallas de pescar. Fotos: Marcel Bonilla / CONSTRUIR.

Las edificaciones conservan técnicas ancestrales de construcción. Se destacan materiales como el bambú y caña guadúa. Las hamacas son elaboradas con mallas de pescar. Fotos: Marcel Bonilla / CONSTRUIR.

Cuatro discotecas y un restaurante ubicados en el balneario de Las Palmas, Esmeraldas, conservan detalles ancestrales utilizados anteriormente en la construcción de viviendas.

Uno de esos se observa en las estructuras hechas con madera como el laurel, guayacán o bambú. La caña guadúa es usada para el cierre y cerco de algunas paredes internas.

Las hojas de rampira sirven para construir el techado. Con las calabazas que sacan de las fincas se elaboran lámparas. También sirven como adorno.

El concepto de conservación se muestra en el diseño de las chozas con techos de rampira que caracterizan a las casas del pueblo afro e indígena, construidas al borde de los ríos del norte de la provincia.

El cerramiento y mobiliario son fabricados con material de la zona, como la caña.

Algunas de las estructuras destinadas para centros de diversión en un sector de Las Palmas son totalmente abiertas, mientras que otras utilizan ventanales grandes para una mayor ventilación.

Uno de los locales cuenta con 35 hamacas para el descanso de los turistas. Las hamacas están elaboradas con retazos de redes de color negro, de la que los pescadores desechan.

Los artesanos como Nicolás Baquero utilizan las antiguas redes que desechan los barcos bolicheros para elaborar hamacas y destinarlas a locales que están en la playa.Él explica que puede hacerlas con otros materiales como los que utilizan los manabitas, pero tradicionalmente se han utilizado esas mallas en las hamacas .

Según el antropólogo Xavier Valencia, los esmeraldeños aún mantienen en su casa o en el campo sus hamacas para descansar tras sus faenas diarias, esa antigua costumbre, precisamente, se trasladó hacia las playas.

Los espacios de entretenimiento tienen expresiones de la cultura afro.

“Todo es una conjugación de detalles que revive la cultura del pueblo afro”, insiste Valencia. Las edificaciones con materiales tradicionales se hacen para que los turistas se sientan como en casa, bajo la brisa del mar y frente a la playa de Esmeraldas, en la parte sur del balneario.

Vicente Cedeño tiene una construcción de 1 800 metros cuadrados con madera y caña guadúa desde hace 20 años.

Él se considera un carpintero ancestral porque ha diseñado y construido el local destinado a la promoción de la gastronomía esmeraldeña.Su restaurante tiene espacios para mostrar las expresiones culturales del pueblo afro como la poesía, décimas y la presentación de grupos de marimba, el único en el balneario.

En los restaurantes ubicados en el balneario de La Palmas se difunde la cultura afro.

Su local se llama Balcón del Pacífico y fue concebido como un espacio para difundir la culinaria esmeraldeña y a exponentes de la música ancestral como es la marimba.Aunque la transformación del malecón de Las Palmas dio una imagen más llamativa con el diseño de locales para comedores en el sur del balneario, en la parte norte se conserva un remanente de la tradición con las obras de madera, algunas combinadas con hormigón.

Las discotecas que están en el malecón tienen frentes trabajados con maderas rústicas y adornadas con palmeras naturales. La parte frontal de algunas discotecas tiene forma de pirámides y en el interior, pequeñas chozas construidas con caña guadúa, techo de rampira y asiento de bambú.

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