Alicia Pérez en la sala de juegos de su casa, el sitio donde la familia comparte más tiempo y que tiene la mejor vista. Fotos: Diego Pallero / CONSTRUIR.
En medio de un concepto simple, de corte minimalista y con toques contemporáneos, la arquitecta interior Alicia Pérez encontró el camino para adecuar su vivienda con elementos que refieran a la naturaleza, que conecten con ella o que se sientan como tal.
Su casa está diseñada con base en el interior, de donde se desprenden las ideas para cada rincón que Pérez diseñó, pensando en su familia.
En 450 metros cuadrados, la casa cuenta con su sala, comedor, cocina y sala de juegos en la planta baja, además de los espacios exteriores como el BBQ, la piscina y el patio. En el segundo piso hay tres dormitorios y una sala de cine.
Al entrar a la vivienda, la primera impresión es la amplitud, gracias a los extensos corredores que conectan las estancias sociales en la primera planta. Además, una curva diseñada con pintura marca el recorrido que se debe seguir desde el hall hacia el interior de la casa.
Este detalle hace parte de los preceptos del feng shui que la arquitecta tomó en cuenta para el diseño de su vivienda. Considerando que la casa es simple y de líneas rectas, una curva en la entrada creó la sensación de fluidez de energía en un solo espacio.
La cocina tiene algunos toques del estilo vintage.
El diseño empezó con un problema para la arquitecta: tiene una montaña en uno de los lados, por lo que debía lograr que todos los espacios tengan conexión con el borde que da al paisaje, pero tampoco podía desaprovechar el costado junto a la montaña.
Entonces ubicó la sala, el comedor, la sala de juegos y los dormitorios con vista al “lado bonito”, como ella lo llama, e identificó otros espacios que requerían poca iluminación como la cocina, el área de lavandería y la sala de cine para el lado de la elevación.
Para aprovechar la vista desde los dormitorios, cada uno cuenta con su propio balcón; mientras que desde la sala de juegos, el sitio favorito de la familia, se tiene “la mejor vista” y la salida hacia el BBQ, el patio con jardín y la piscina.
Por el ambiente campestre, cobijado por el clima cálido de Nayón, Pérez prefirió los materiales que van acorde con la naturaleza como los sillones de mimbre en la sala, o la piedra en la fachada de la entrada y en el interior de la casa, además de un piso de microcemento.
También incorporó mucha madera a través de árboles naturales que se encuentran dentro de la casa y que son parte de la decoración. “Aunque es una casa muy moderna, está en el campo, y la idea es que el campo sea parte de nuestra vida dentro de la casa”, comenta.
Este piso, en la planta baja, es de microcemento.
La decoración ha ido cambiando en esta casa. Sin embargo, hay un claro gusto por el estilo asiático. Esta tendencia le permite a Alicia Pérez contar historias a través de detalles.
Dentro de su casa hay pequeños arbolitos, simulaciones de especies asiáticas por sus formas y colores. Uno de ellos se encuentra en el hall de entrada, donde se enfoca con iluminación durante la noche, provocando un efecto de atardecer.
La figura de Buda, los colores dorados y negros, y otros objetos que trajo de sus viajes ponen el toque asiático a la decoración interior.
En el comedor, por ejemplo, se destaca la porcelana china. Estos detalles son valiosos para la arquitecta, quien encuentra variedad decorativa en lo asiático y valora esta cultura por su riqueza histórica.
Los dormitorios tienen su balcón con vista al paisaje.
A estas cualidades de la vivienda se suma la elegancia. En el comedor se impone un mesón de granito, con sillas y acabados que ponen de protagonista al azul.
En este ambiente social, Pérez incluyó cristales en las lámparas y mezcló lo antiguo con lo nuevo. Por ejemplo, se destacan el capitoneado de sillas de terciopelo, el tapiz moderno pintado en la pared, y un espejo antiguo, que heredó de su familia, tallado en madera.
La iluminación es uno de los fuertes de esta vivienda. Su diseño se percibe en detalles marcados en nichos de gypsum, que resaltan formas y crean efectos sobre las paredes en la noche. Durante el día reina la luz natural, que se cuela por las diferentes ventanas.