Se trata de una instalación de arte realizada en Florencia y en Melbourne. Fotos: tomadas de Plataforma Arquitectura.
Para lograr conexiones entre los diferentes niveles de las viviendas, hostales y hasta oficinas, arquitectos de varios países recurren ahora a las redes o mallas.
Funcionan como una hamaca que además de divertir, crean lugares inesperados para el ocio y el descanso.
Un ejemplo de aquello se evidencia en el proyecto OB Jardín Infantil y Guardería, en Nagasaki, Japón.
Allí fomentan el movimiento en los niños a través de varias operaciones vinculadas con la estructura del edificio.
Los más animados, por ejemplo, pasan por diferentes ambientes hasta llegar a una pequeña cueva, una pizarra o una estantería. Además, el sitio dispone de una escalera alargada que conduce a los infantes hasta un altillo donde hay cuerdas y barras. Allí brincan y se divierten.
Woods of Net se llama la instalación que llegó al Hakone Open-Air Museum, en Japón.
Otro ejemplo está en Casa Torre, proyecto ubicado en Alphington, Australia, y desarrollado para estimular e inspirar a los habitantes de la casa, entre ellos, dos niños gemelos. Ellos, precisamente, participaron en el diseño de la vivienda, donde se instaló una malla en el cuarto de estudio “para inspirarlos a medida que crecen y aprenden”.
La malla de color gris oscuro se conjuga con el amarillo y blanco que están en una especie de cubículo.
En Casa Yamashina, en Muko-shi, Japón, también hay una malla en la que se divierten y descansan los más pequeños de la casa.
Se la colocó para “tener la idea del aire libre desde cualquier habitación. En lugar de tomar el edificio como un gran volumen, reunimos varios de menor tamaño para conectar pequeños espacios”, contaron los promotores a Plataforma Arquitectura.
Con el mismo propósito se instaló ese recurso en el proyecto Departamento en Ponzan, en Polonia. El propietario, un hombre joven de alrededor de 30 años, solicitó a los expertos un espacio abierto y cómodo sin separaciones estrictamente definidas.
El proyecto Casa Torre está en Alphington, Australia. Dos niños inspiraron la obra.
Una característica inusual de ese departamento es el altillo al que se accede por una escalera de acero elaborada a medida. Es el lugar donde el propietario puede relajarse.
En ese espacio, precisamente, los diseñadores colgaron una cuerda reticulada que funciona como una hamaca y que crea el espacio propicio para descansar.
La red fue diseñada y fabricada por una empresa especializada en equipos de seguridad y es capaz de soportar el peso de varias personas.
“Este espacio también fue diseñado para leer o escuchar música pero, como el mismo propietario admite, pasa más tiempo allí haciendo siesta que leyendo”, contaron los promotores del proyecto.