En la plaza Domingo Giacometti se encuentra la casa de construcción mixta, hecha con madera y cemento. Fotos: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
El centro histórico El Colono de Santo Domingo se transformó.
En ese lugar -en el que hasta el 2018 se ubicaban unas antiguas lavanderías- se construyó un mirador, una plaza cultural, la plaza del Colono, un parque lineal y escalinatas.
Este proyecto tiene dos fases. La primera fue entregada en noviembre del 2019 y comprende 11 000 metros cuadrados entre los barrios Carolina, Santa Fe, Florida y la calle Galápagos, en el centro de la urbe.
Según el planificador de la obra, Víctor Hugo Torres, el área de influencia del proyecto prácticamente se inicia en el parque central y termina en la plazoleta del Colono.
En la primera fase del proyecto se construyeron la plaza Domingo Giacometti, el pasaje Inés Peralta, la plazoleta Beatriz Tylor y el mirador Luis Alberto Sampedro.
Según Torres, en la primera zona de ese sector se planteaba construir un cruce de vías, donde antes funcionaba un redondel que tenía un monumento a El Colono. La eliminación de esa obra permitió la reconstrucción del centro histórico de la ciudad.
El proyecto de renovación incluyó más de 20 jardineras.
En ese espacio se generaron cuatro pequeñas plazoletas para transformar el barrio en un espacio agradable, con murales etnográficos, jardineras, plantas y escalinatas.
La figura de El Colono, que estaba ubicada en el redondel, fue reubicada a un sector cercano a la plaza Giacometti, pero con acceso para que el peatón pueda tomarse fotografías. Al lado de El Colono se instaló un mural tsáchila.
Para darle un entorno adecuado se construyó una vivienda al estilo de las casas de hace 60 años, es decir de construcción mixta (madera y cemento). Esta casa patrimonial lleva el nombre de Domingo Giacometti, quien fue el primer colono que ocupó ese terreno en 1900.
Al frente de la vivienda se pintó un mural en el que se puede observar a Abraham Calazacón junto a un grupo de afrodescendientes, chachis, montuvios y mestizos, quienes colonizaron Santo Domingo.
El pasaje Inés Peralta es otra de las novedades para este sector. Según el Municipio, para buscar la unidad entre el sector de El Colono y las antiguas lavanderías se debía construir un nuevo camino.
Este espacio fue adecuado con jardineras, escalinatas, áreas abiertas para hacer exposiciones, locales comerciales y una plazoleta de usos múltiples con fines culturales.
El Colono fue reubicado en una plaza moderna.
El Municipio decidió llamarlo pasaje Inés Peralta, en honor a una de las primeras profesoras en la época de la colonización, quien se destacó por incentivar el arte en sus estudiantes con la presentación de obras como sainetes y dramas.
En el sector de las antiguas lavanderías, junto al río Pove, se construyó la plazoleta Beatriz Tylor, que lleva ese nombre en honor a una de las primeras líderes comunitarias en la época de la colonización.
Ese espacio está conformado por jardineras y plantas. Además, se instalaron luces LED, que dan un toque de iluminación a esa zona, que hasta hace dos años era un sitio oscuro y peligroso.
El mirador San Pedro es otro atractivo turístico del centro histórico. Se trata de una losa convertida en un balcón, desde donde los artistas podrán realizar conciertos en un lugar cubierto, iluminado y con las facilidades para que el público pueda observar el espectáculo.
Las escaleras, que antes eran de tierra, fueron reemplazadas por unas modernas y más amplias para garantizar el desplazamiento de los transeúntes.
Según el alcalde Wilson Erazo, esa obra hace parte de un proyecto mayor para transformar a Santo Domingo en una ciudad moderna. Por eso renovaron los monumentos de cuatro redondeles urbanos.