Una gráfica de la fachada principal de la vivienda, que está emplazada en medio del terreno. Foto: www.designboom.com
Aunque, por cuestiones de trabajo, tiene un amplio departamento-estudio en Nueva York, la casa donde aterriza cuando ya no puede con el estrés Daniel Libeskind, el famoso arquitecto creador del edificio que ‘reemplazo’ a las Torres Gemelas del WorldTrade Center, está emplazada en medio de una finca de 22 hectáreas ubicada al oeste de Connecticut, EE.UU.
Libeskind es un arquitecto estadounidense de origen judeo-polaco que nació en 1946 en Tódź, en la Polonia de la posguerra. Estudió música en Israel y en Nueva York y llegó a ser un intérprete virtuoso. No obstante, decidió abandonar la música y dedicarse a la arquitectura.
Mejor decisión no pudo haber tomado. Es uno de los más prestigiosos arquitectos contemporáneos y en su currículo constan obras tan emblemáticas como el Museo Imperial de la Guarra, de Mánchester; el rediseño de la plaza Potsdamer Platz de Berlín; el Museo Judío de Berlín; la Sala de Conciertos de la Filarmónica de Bremen, Alemania; el Centro de Convenciones Maurice Wohl, Universidad Bar-Ilan de Tel Aviv, Israel…
Libeskind es un arquitecto de prestigio internacional, apreciado por sus proyectos de edificios y por sus planteamientos urbanísticos. Ha introducido en la arquitectura nuevos conceptos, que han provocado intensas discusiones dentro de la profesión. También se caracteriza por abordar los proyectos de forma multidisciplinaria, es decir, resolviendo todos los aspectos en su propio diseño.
Un detalle de uno de los ambientes del quebrado interior de la vivienda. Foto: www.designboom.com
Su casa de Connecticut es una muestra de su arquitectura futurista que, no por ser de avanzada, deja de ser funcional y estética.
Hasta su extraño nombre de Casa 18.36.54 deriva de los 18 planos, 36 vértices, y 54 aristas que definen su volumen. El revestimiento exterior de paneles de acero inoxidable color bronce, con acabado espejo, hacen que esta vivienda se vea cada vez de una manera diferente, reflejando el paisaje circundante y exagerando en cierta medida los cambios ambientales provocados durante las estaciones e, incluso, en un mismo día, explica el portal www.quadraturaarquitectos.com.
Gracias a esta singular creación del volumen de la vivienda se generan en su interior sus diversos espacios, articulados entre sí mediante vistas diagonales y enmarcando a través de sus ventanales las escenas del paisaje circundante.
Los enormes planos de vidrio que conforman los ventanales de esta casa, prácticamente desaparecen dentro de su volumen, lo que permite disfrutar sin trabas de las pintorescas vistas de los prados de heno que datan del siglo XVIII y de los robles de más de 250 años.
Todos los acabados interiores han sido diseñados específicamente para esta vivienda, desde los suelos y paredes hasta el mobiliario interior, explica el portal Plataforma Arquitectura.
Daniel Libeskind frente a una estantería de libros. Foto: www.designboom.com
Esta volumetría tan quebrada ofrece, asimismo, todo un espectáculo arquitectónico con espacios delimitados por techos y paredes inclinadas, donde leves cambios de nivel en el piso de hormigón distinguen la cocina, comedor, sala y dormitorio.
La organización espacial es bastante abierta, pues tan solo existen puertas para acceder al inodoro y al dormitorio; pero también inspira un ambiente acogedor, ya que se ha utilizado la madera para revestir todo el interior. El diseño personalizado de prácticamente todos los elementos de la casa (lavabo, grifos, muebles…) hace de esta vivienda una obra maestra de la arquitectura contemporánea.