El arquitecto Patricio Guerrero diseñó su departamento hace 22 años, tras cumplir con un postgrado en España. Foto: Galo Paguay/ CONSTRUIR
Ingresar a la vivienda de Patricio Guerrero es como sumergirse en el tradicional juego de Tetris. En su departamento dúplex de 155 m2 de construcción hay cuadrados de diferente tamaño.
Se los observa en el diseño de una doble altura, en un tragaluz, en las ventanas de la cocina y comedor. También están en la estructura del edificio, en Ponciano, norte de Quito.
El arquitecto Guerrero es un amante de la geometría, disciplina que conoció a profundidad en España, tras cumplir con un posgrado de Arquitectura social. Llegó al país ibérico después de terminar sus estudios en la Facultad de Arquitectura, en la Universidad Central del Ecuador. Allí se enamoró de la geometría y por esa razón está presente en todos sus proyectos.
“La geometría te permite entender la arquitectura y cómo está organizado el mundo. Yo aprendí todo esto en España porque en la Facultad las clases son más prácticas”.
Para construir su vivienda, hace 22 años, se decidió por la geometría bidimensional, se inclinó por el cuadrado.
El color blanco prima en la cocina y el resto de la casa con el propósito de lograr unidad. Foto: Galo Paguay/ CONSTRUIR
Las columnas que sostienen el edificio, por ejemplo, están diseñadas en base a tres módulos de 6×6 metros. La estructura se organizó de esa manera para lograr simetría y conseguir automáticamente una estructura antisísmica.
“En este país es importante esa clase de estructuras por las condiciones geográficas”.
Una de las columnas que sostienen la edificación atraviesa el departamento. Se ubica en el área social de la vivienda, entre la sala y el comedor.
De acuerdo con Guerrero, se trata de una virtud -columna- que llegó con el nacimiento del siglo XX y que consiste en que la estructura tenga un valor autónomo independiente de las paredes. “Se puede comprobar científicamente que para que los hombres estén tranquilos en un edificio la estructura debe brindar seguridad”.
La columna ‘desaparece’ en la segunda planta. Está camuflada en el cuarto de baño. La simetría lograda con los módulos asegura Guerrero, también es sinónimo de seguridad. En base a la figura geométrica seleccionada, el arquitecto definió módulos más grandes y más pequeños, de acuerdo con las necesidades de la familia. “Sirven para establecer desde una perforación en el pasamanos hasta la dimensión de las ventanas”.
Fue así que en su vivienda el cuadrado se convirtió en una herramienta de trabajo en el diseño. En otros proyectos ha utilizado geometría tridimensional. En una construcción edificada en el Oriente ecuatoriano, por ejemplo, utilizó el rombo dodecaedro. Se trata de estructuras más complicadas, pero que pueden adaptarse a la geografía de las diferentes ciudades del país.
“La geometría es todo para mí. No sé qué haría sin ella. Tomando las palabras de Le Corbusier, la geometría es el lenguaje del hombre”.
La ventana del baño representa la 1⁄4 parte de la ventana de la cocina y esta es una parte de la ventana de los dormitorios, logrando así un criterio claro de unidad.
La única ventana que se sale del estudio modular es la ventana grande que está en la sala y que atraviesa la losa hasta llegar al dormitorio. Según Guerrero, la hizo a propósito para otorgar la dignidad que necesita el espacio público.
Como parte del criterio de unidad, el arquitecto mantiene un solo color en las paredes de vivienda: el blanco, mientras que el tono beige está presente en el mobiliario de la sala, comedor, cocina.
La mampara traslúcida brinda privacidad a la cocina y permite el paso de luz natural. Foto: Galo Paguay/ CONSTRUIR
“Si mantuviéramos un criterio de unidad nuestra ciudad sería más bonita. En nuestro medio reina el caos porque hacemos lo que queremos”.
En la cocina está además una mampara traslúcida, que en casos necesarios brinda privacidad para cumplir con las actividades cotidianas.
Ese recurso permite el paso de la luz natural, un elemento que baña de claridad todo el departamento, sobre todo, la doble altura. Allí la luz se cuela a través de un tragaluz, también diseñado en base al módulo estructural.