La casa se construyó siguiendo la línea de los árboles existentes para respetar la vegetación y así lograr que cada estancia tenga relación directa con su entorno. Fotos: Cortesía Isabel Delgado y Andrés Villota
Grandes árboles de guaba, verdes arbustos y plantas nativas se asientan en todo el terreno. El reto fue mantener cada una de esas especies en su lugar y crear una vivienda que habite en proximidad con aquella vegetación existente.
Así se generó la Casa entre Árboles, una obra de los arquitectos María Mercedes Reinoso, Xavier Duque y Nicolás Viteri, de la oficina El Sindicato Arquitectura.
Ubicada en Cumbayá, la vivienda responde a un análisis realizado de la forma de vida y requerimientos de la propietaria, explica la arquitecta María Mercedes Reinoso.
Para la construcción se definió un recorrido modular al que se le acoplaron los diferentes espacios habitables: área social compuesta por sala, comedor, cocina; el área privada con dos dormitorios, un baño social y privado.
Así los espacios privados se delimitan por fachadas portantes rellenas con bahareque y por muros, que, separados de los espacios habitables, aseguran privacidad y conexión directa con la naturaleza.
Los espacios destinados a actividades sociales se delimitan por fachadas portantes rellenas de vidrios, ventanas y puertas. Las fachadas se crearon prefabricando con madera sólida un solo tipo de columna mínima en forma de cruz que se repite en módulos de 1,22 metros y se unen entre sí en sus tercios.
El baño tiene relación directa con el entorno. Hay una tina de hormigón rodeada de plantas aromáticas y ornamentales.
Estas fachadas portantes aseguran estabilidad estructural y resultan en vano con las dimensiones adecuadas para anclar vidrios, ventanas, puertas y bahareques, según los requerimientos del espacio.
Un elemento central fue el baño al aire libre, una de las antiguas tradiciones que en la actualidad ya no se realiza, pero que la propietaria quería mantener. De esta manera se crea un baño que se integra al exterior. Tiene una ducha y una tina hecha de hormigón rodeada de plantas aromáticas como el cedrón, y de otras tropicales.
La conexión con el exterior se da desde todos los espacios.
Para la arquitecta Reinoso, otro punto clave de esta construcción para mantener el concepto de relación directa con lo natural fue la creación de jardines específicos.
Para esto se trabajó con la bióloga Nina Velasco, especialista en plantas, para lograr caracterizar estos lugares según las estancias próximas. Por ejemplo, en el patio central que se ve rodeado de la construcción hay mucha más sombra que otros sitios por lo que se optó por vegetación que se acople a esa característica y se evitó el césped.
En la parte trasera de la casa, en la que hay ingreso de sol, se creó un espacio con césped y otro tipo de plantas aromáticas y ornamentales. En el baño social se generó un pequeño jardín con plantas tropicales y coloridas. Además, se mantuvo una huerta orgánica existente.