La capilla San Bernardo está en Córdoba, Argentina. Fotos: Plataforma Arquitectura
Una capilla que invite a ingresar y conectarse con un ser supremo. Eso es lo que lograron arquitectos y diseñadores al transformar espacios sagrados alrededor del mundo. Una de esas capillas, precisamente, está en Oporto.
Para cumplir con sus objetivos, los especialistas ampliaron una capilla en un Centro Universitario de Oporto, implantada en el extremo de un jardín privado.
Según información publicada en la web Plataforma Arquitectura, se trataba de una capilla pequeña y entre los pedidos estaban lograr el máximo confort para los usuarios y abrir espacio hacia el jardín.
Eso se consiguió colocando un espejo que funciona como pantalla de la fachada de la capilla: se refleja el jardín y, al mismo tiempo, hay una conexión simbólica. Para radicalizar esa idea, se eliminó el marco alrededor del espejo difuminando sus límites.
En contraposición a la fachada de espejos, una abertura en el techo baña el muro de luz. Es tenue y complementa la gran abertura hacia el jardín.
Otro espacio con terminados únicos está en Córdoba, Argentina. Se trata de la capilla San Bernardo.
Está edificada en un pequeño monte de árboles. Allí, la naturaleza impone sus condiciones pues el lugar carece de luz y agua potable.
En el límite entre la arboleda y el campo abierto, el volumen de la capilla se abre en dirección a la puesta del sol, captando la luz natural del atardecer en el espacio interior. Por fuera de ese, un palo vertical y otro horizontal se disponen por separado y son proyectados hacia el interior.
Como resultado, todos los días durante todo el año la sombra de esos dos maderos se desliza por el interior curvo de la capilla, culminando su recorrido superpuestos uno con el otro.
El proyecto Reading Between the Lines, en cambio, está en Limburgo, Bélgica. Se trata de una colaboración entre los jóvenes arquitectos belgas Pieterjan Gijs (Lovaina, 1983) y Arnout Van Vaerenbergh (Lovaina, 1983).
Imagen del proyecto Reading Between the Lines.
La capilla se compone de 30 toneladas de acero y 2 000 columnas, y está construida sobre un basamento de hormigón armado. Mediante el uso de placas horizontales, el concepto de la iglesia tradicional se transforma en un transparente objeto de arte.
En Hebei, China, se destaca la capilla Seashore. Está dividida verticalmente y a lo lejos parece que se tratara de un viejo barco que quedó a la deriva. El espacio al aire libre cubierto de forma natural se convierte en un lugar de descanso para la gente en la playa.
El ambiente en el piso superior, en cambio, es intensamente divino y religioso.El diseño de esa capilla considera ventilación natural integral. Con el propósito de mantener la apariencia exterior uniforme y continua, las ventanas están ocultas en los huecos entre la cobertura principal y varias piezas de los paneles corredizos de salida conectados en paralelo.
La capilla Seashore se asemeja a un barco a la deriva.
En China también está la capilla Del Jardín, de Wanjing. Ese espacio es de madera y acero estructurado. También cuenta con una sala central octogonal rodeada de corredores de forma cuadrada.
Fachada de la capilla Del Jardín, de Nanjing Wanjing.
El corredor de madera forma una doble cáscara única en el espacio central. La cubierta interna es más cerrada, esto permite que la luz natural penetre solo a través de aberturas en el techo y los muros.
En este diseño en particular, la luz cae a través de la claraboya que va justo encima del eje del altar en el centro de la sala, y también penetra desde detrás de la santa cruz en la pared del altar.
Esa tira de luz de 300 mm es el elemento más poderoso del espacio interior. Otra luz natural viene suavemente a través de los listones de madera en las ranuras del muro. Todas las superficies interiores están pintadas de blanco, enfatizando en el papel principal de la luz y el espacio.