El mobiliario es ergonómico y tiene bases del diseño industrial. Fotos: Cortesía 3ARQUITECTOS y Bicubik
Por alrededor de dos décadas, los estudiantes del Colegio Intisana visitaron una biblioteca con iluminación deficiente, techos bajos y una serie de elementos divisorios que limitaban el acceso a los libros. Además, el mobiliario estaba desgastado y el material de pisos y ventanas creaban un ambiente frío y lúgubre.
Ahora, después de una profunda remodelación que duró cerca de dos meses, la biblioteca invita a estudiantes de diversas edades a explorar entre la variada oferta de textos.
Esta sala es más formal. Allí suelen reunirse los bibliotecarios. Hay detalles de madera y luz LED.
Los niños, cuenta el arquitecto Carlos Paz y Miño, tienen libertad para acceder a su libro favorito. Esa búsqueda se cumple con total transparencia, según los requisitos de las autoridades de la institución educativa. “Para ellos era importante que los niños siempre estén a la vista”.
Antes, incluso había una bodega oscura donde se almacenaban los textos.
El diseño del proyecto tomó un mes, mientras que la ejecución se cumplió durante las vacaciones escolares del 2018.
Tras dialogar con las autoridades y conocer las necesidades, 3ARQUITECTOS visitó el espacio que se debía remodelar: dos plantas albergan un comedor, cafetería
y biblioteca.
En la nueva biblioteca priman los colores azul y turquesa. Hay una alfombra de alto tráfico con diseño.
Las dos últimas comparten el segundo piso, donde predominaba un techo que alcanzaba los 2,5 m. de altura, iluminación fluorescente y materiales antiguos en el piso.
Luego de la remodelación, la altura máxima del techo, en algunos puntos, llegó a los 5,50 metros. En el piso colocaron varios tipos de porcelanato y alfombra de alto tránsito para marcar estaciones.
En la nueva biblioteca hay una zona para los más grandes y otra, más lúdica, para los pequeños. Retiraron los divisorios y las rejas que estaban detrás de una pequeñas ventanas, que se aprovecharon como herramienta para aprender sobre los colores.
La luz es parte importante de este espacio.
Cada ventana tiene un color primario, que al sobreponerse con otra forma un tono nuevo. También introdujeron figuras geométricas básicas y colores para que los niños se sientan tranquilos, como en casa.
3ARQUITECTOS renovó todo el mobiliario, instalaciones eléctricas y tuberías.
Las sillas son ergonómicas, pues están creadas desde el diseño industrial. Además, fueron pensadas para dar acentos de color. Con ese mismo objetivo seleccionaron los tonos los sillones y pufs: son amarillos y naranjas.
Los colores base son el azul y el turquesa, que según la arquitecta Andrea Terneus, producen en los visitantes un efecto tranquilizador.