Barrer la casa

Juan Carlos Holguín, jefe del equipo de ­transición del presidente electo Guillermo Lasso, señaló que una de las tareas más complejas será pagar los salarios del mes de mayo a la burocracia, misma que es obesa y yo diría, inútil; y, lo que es peor, los ecuatorianos debemos enfrentar el monumental reto de vacunarnos contra covid-19 y combatir el hambre que azota a un enorme número de nuestros ciudadanos.

El 1 de mayo del 2020, en este mismo espacio escribí un artículo titulado ‘Burocracia inútil’ y sugerí al gobernante de turno que deben analizar a un sinnúmero de instituciones públicas creadas en la década pasada y procurar su eliminación: entre muchas otras, ¿será que aportan en algo al desarrollo del país?: Instituto para el Talento Humano, Consejo Nacional para la Igualdad de Género, Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional, Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano, Corporación de Desarrollo para Pueblos Montubios, Secretaría Técnica para la Gestión Inclusiva, Comité Nacional de Límites Internos, Secretaría Nacional de Límites Internos, Instituto de Provisión de Alimentos, Instituto Nacional de Saberes y Ciencias Ancestrales, Corporación Ciudad Eloy Alfaro, Instituto de Eficiencia Energética, Instituto Espacial del Ecuador, Corporación de Seguro de Depósitos, Secretaría Técnica del Sistema de Cualificaciones Nacionales, Empresa Pública Importadora, Empresa Pública de Hábitat, Instituto Antártico Ecuatoriano; consejos, secretarías, asesorías, entidades íntegras creadas como instrumentos para el saqueo de los fondos públicos, el deleite de poder de los agnados y cognados del sátrapa que afrentó a la patria por más de una década; además, se debe repatriar a un sinnúmero de diplomáticos, eliminar zonas y distritos y volver a las direcciones provinciales.

No hay inquilino que, antes de ocupar la casa, no realice una buena limpieza de la misma.

El Presidente Lasso va a recibir, no sólo un cuerpo social en harapos, sino la gran casa de la Nación en absoluto desorden y desaseo.

¡Hay que barrer la gran casa!, señor Presidente, está infestada. No vaya a tocar pedirles a los Hermanos Grimm, que inviten al Flautista de Hamelín.