Se trata del Edificio Tamayo 62266. Las formas simples acompañan al hormigón visto en su fachada. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
La arquitectura y diseño actuales apuestan por lo alternativo. Se trata de una tendencia que también busca optimizar tiempo y recursos.
La propuesta se aplica con el aprovechamiento de materiales sin recubrimientos.
Se los utiliza en construcciones individuales, pero también en la edificación de amplios proyectos de vivienda, especialmente en edificios dentro de la ciudad.
Un ejemplo de ello es el Edificio Tamayo 62266. Este proyecto, del arquitecto Mario Cueva, está sobre un área de construcción de alrededor de
3 200 m². Tiene cinco pisos y tres subsuelos.
Se implementaron 10 departamentos, seis oficinas y dos locales comerciales.
Los espacios de circulación comunal tienen puentes que conectan con el ascensor, el ducto de escalera y las puertas de ingreso a las oficinas y departamentos.
Cada uno de esos espacios es una muestra de que los materiales nobles, como hormigón, metal y madera, mostrando sus imperfecciones propias, “se llevan bien con una nueva forma de hacer arquitectura”, dice Cueva.
En el exterior conviven los materiales nobles con espacios verdes para armonizar. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Desde la fachada del edificio hasta las zonas comunales, de circulación y el interior de los departamentos, se destaca el hormigón a la vista, los paneles de fibrocemento y las soluciones con madera.
Cueva cuenta que desde el diseño del edificio se plantearon las posibles variantes sobre la materialidad de su envolvente y sus sistemas estructurales secundarios. “La estructura principal portante debía ser de hormigón armado y de acero, por su facilidad constructiva”.
Tanto el hormigón armado como los paneles de fibrocemento que se dejaron a la vista tienen su respectiva protección contra la humedad, considerando, entre otras cosas, el mantenimiento del edificio en el tiempo.
El arquitecto explica que el bloque de hormigón prefabricado, típico de la construcción local, y la experiencia previa en construcción liviana con paneles de fibrocemento, les hizo pensar en una fachada modulada.
Gracias a la disponibilidad de los productos de fibrocemento en el mercado nacional, se resolvió que todas las fachadas del edificio tengan paneles machihembrados, montados sobre una estructura reforzada de acero galvanizado, con su barrera de humedad, aislamiento térmico y acústico.
También se aplicó recubrimiento de placas de yeso-cartón en la cara interior.
Cueva explica que el sistema de panelería seleccionado y su detalle constructivo garantizan todas las funciones de un cerramiento estructural.
Los materiales nobles también se implementaron en el interior de los departamentos y oficinas del edificio. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
“Aporta en la resistencia a cargas horizontales y verticales e incombustibilidad. Además, reduce significativamente el peso a la estructura principal del edificio”.
Esto se complementó con perfilería de aluminio para ventanería y remates de esquina y alféizares -parte baja de la ventana- de fibrocemento.
Con este sistema, la construcción del envolvente del edificio tomó seis semanas, con índices de desperdicios menores a 2%.
El arquitecto asegura que, en Tamayo, la solución técnico constructiva ha permitido comprobar la eficiencia de trabajar con sistemas prefabricados, en términos de tiempo de ejecución.
“Más allá de los mitos que giran alrededor de estos y otros sistemas alternativos, creemos fundamental su implementación y difusión en el medio local”.