Las áreas están diseñadas para generar en los niños un acercamiento práctico al arte. Fotos: Ari Marcopoulos/arquitexs.com
Uno de los espacios destinados a los niños que se ha consolidado en Nueva York es el Museo de Artes Infantil (Children’s Museum of the Arts). Los cambios internos y externos en la construcción y el diseño, vigentes desde el 2012, son la causa.
Según información del Museo y de páginas web como Work.ac y Archdaily.com, tras 20 años de ocupar un espacio relativamente reducido, con las nuevas instalaciones se aseguró una área tres veces más del tamaño original.
A un costo de USD 2,8 millones se trabajó en una área de 1 050 m². En el interior del museo, los espacios fueron organizados en torno a una gran galería central, una nueva y mayor área de exposición y espacio para eventos.
En torno a las “cajas blancas” de la galería, las aulas más pequeñas se transformaron en espacios específicos, “a través de una rueda de colores” que identifica a los diferentes programas.
La iluminación, el mobiliario y el diseño son concebidos para espacios como el de la lectura.
Según Arquitexs.com, la arquitectura y la configuración actual del espacio -un muelle de carga antiguo- se usan para organizar el flujo de personas. Al entrar al museo, los niños de 7 años en adelante tienen acceso a la gran galería de arte de usos múltiples en el nivel superior, junto con las aulas, estudios artísticos y de laboratorio de medios.
El vestíbulo de la animación con plastilina orientada a los medios de comunicación del laboratorio es la “barra de arcilla”, donde un ‘camarero’ sirve plastilina a los niños.
Además, en el nivel inferior, los niños más pequeños junto con sus padres pasan por el “estacionamiento de coches” hasta el Estudio Wee Arts. Dedicado a los niños pequeños, se incluye una tapicería de colores vivos en la llamada “habitación tranquila”.
Por encima de la entrada y parte de la banda de color, un puente cuenta con grafitis y vínculos al Museo Famoso Ball Pond; una estructura circular de color verde, muy visible a la entrada y en el exterior.
El diseño y la distribución del mobiliario permiten más interactividad con los niños.
En los talleres de arte Art Studios, un gran círculo, el ‘Sink-o-rama’, transforma el acto de lavarse las manos en una experiencia divertida.
El nuevo museo es diseñado para inspirar a los niños tanto en el hacer del arte, como en aprender acerca del arte: un lugar de producción y presentación del arte.
Desde la entrada se dispone de una zona de sillas pequeñas y luego hay una infinidad de espacios por descubrir. Se imparten muchos talleres con profesionales para que los niños aprendan de una manera divertida.