Luego de la misa del domingo, los fieles pueden degustar de la gastronomía tradicional, que pasa por los períodos prehispánico y colonial hasta llegar a platillos contemporáneos. Fotos: Diego Pallero / Construir
Historia y tradición se respira en un espacio renovado del Centro Histórico de Quito. Se trata de la Capilla de Los Milagros, que luego de su rehabilitación integral se conjuga con el Centro Cultural Gastronómico Los Milagros, un espacio abierto con actividades para la comunidad.
Se trata de una construcción del siglo XVII que acoge la imagen del Señor de los Milagros, a quien sus devotos conocen por una historia de amor.
Lourdes Pozo, relacionadora pública del centro, cuenta que personas de todas las edades tienen recuerdos de antaño de este sitio, donde hace mucho tiempo se veía la imagen difuminada del santo, sobre la pared de adobe. Hoy, esa figura se transformó en un óleo que recibe a los fieles visitantes.
Para Pozo, este espacio rehabilitado es un paraíso en el Centro Histórico. “De esos rinconcitos que no se imagina que existen, pero están”.
De la combinación del templo religioso con el centro cultural resultaron zonas abiertas y verdes, con árboles patrimoniales como el capulí o el arrayán, y las tradicionales flores quiteñas como los geranios.
Los visitantes pueden acampar en los espacios verdes.
Estos sitios, junto a la capilla, acogerán actividades culturales y gastronómicas. Entre ellas, los promotores del sitio prevén conciertos de música clásica, barroca y renacentista.
Fausto Caballero, gerente del Centro Cultural Gastronómico, comenta que también se desarrollarán festivales y foros de cine gratuitos, y presentaciones de danza tradicional.
La rehabilitación de este espacio histórico estuvo a cargo del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).
Esa entidad hizo una inversión de USD 200 000 para la rehabilitación integral de la Capilla de los Milagros, ubicada en el barrio la Loma Grande.
En la capilla se realizan eventos religiosos y musicales.
Los trabajos ejecutados contemplaron la rehabilitación integral de la cubierta de la sacristía, la recuperación de ventanas y puertas de madera, la reparación e incorporación de nuevos elementos de la escalera de ingreso al coro.
Además, se colocaron contrapiso y piso nuevos en el presbiterio, en las áreas exteriores como el patio central y las caminerías. Se puso iluminación interior y exterior, y se conservaron y restauraron los bienes muebles de la capilla.
La rehabilitación integral de la cubierta de la sacristía contempló actividades como la revisión de la estructura de madera, la preservación de la madera existente, el desentejado y entejado. Además, como parte de la intervención se realizaron trabajos para la renovación del patio, mediante la conformación del contrapiso con revestimiento de piedra de río y la reconformación de la caminería con adoquín de gres.
En otro frente de intervención, el IMP realizó también la conservación y restauración de los bienes patrimoniales de la capilla, entre ellos el retablo, la pintura mural, las pinturas de caballete y sus elementos relacionados (marquetería), esculturas y mobiliario.
Según el IMP, en los procesos de conservación y restauración del lugar se dio prioridad a la preservación antes que a la restauración.
Los pisos y acabados rehabilitados integran espacios.
“La intervención se realizó tomando en cuenta los criterios básicos de la normativa nacional e internacional, que consisten en la mínima intervención, respeto absoluto al original, sin falsearlo ni añadir, salvo las pérdidas esenciales, para devolverle su unidad y valor original. A esto se suma la reversibilidad de materiales y procesos”.
En el 2017, la Alcaldía de Quito, en el marco del programa de preservación de edificaciones religiosas del Distrito Metropolitano, ejecutó la primera etapa de la rehabilitación integral de la Capilla del Señor de los Milagros.
La intervención a cargo del IMP también comprendió la consolidación y reforzamiento estructural de los muros portantes, la rehabilitación de la estructura de madera y el resane de enlucidos de la histórica capilla construida en los años 1 600.
El deterioro y las fisuras ocasionadas por los sismos y las afectaciones que tenía la pintura de ese santuario fueron subsanados luego de un riguroso trabajo.
Hoy, ese espacio se encuentra abierto al público. Los domingos, después de la misa, los devotos pueden disfrutar de las actividades del Centro Cultural, que atiende cualquier día, con previa reservación.