Los ambientes caseros que se transmutan en teatrinos

En La Creperola se fusionan el escenario  para presentaciones con un restaurante. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

En La Creperola se fusionan el escenario para presentaciones con un restaurante. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

En La Creperola se fusionan el escenario para presentaciones con un restaurante. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Los espacios alternativos para teatro tienen su propio concepto de diseño, acoplado a las necesidades de esta expresión artística, pero también pensado en el público: un espectador más cercano a cada escena, a cada gesto, a cada reacción de los artistas en una obra.

Como el propio espacio, el diseño se vuelve alternativo. Un estilo informal se consigue entre los matices de color y recursos de los ambientes.

En Quito, La Creperola del Teatro, Casa Teatro Babilón y Teatro en Casa son algunos casos de estas iniciativas de adecuación interior. Todas son un ejemplo de recursividad y de cómo el propio hogar se puede transformar en un sitio con concepto de diseño.

En La Creperola, una chimenea con acabados en estuco lleva hacia la decoración clásica. En el mismo sitio, ciertos espacios de ladrillo visto sugieren rusticidad, mientras que las instalaciones a la vista y mobiliario metálico parecen poner el toque industrial.

Juana Guaderas, dueña del espacio, cuenta que la teatralidad es parte de la decoración, ya que cada detalle corresponde a la escenografía de las obras. Maniquíes, antifaces, marionetas y vestuario cubren cada estancia de este sitio, donde se fusiona el teatro y la gastronomía.

La escenografía de diferentes obras son los elementos de diseño de La Creperola.

Con estas características y fusiones se logra un ambiente bohemio; “una especie de oasis en el entorno de La Mariscal, para que la gente se desconecte y se relaje”.

 Teatro en Casa es un ejemplo de optimización de espacio. Funciona dentro de la casa del actor Pablo Tatés. Allí, entre un contraste de negros y rojos, 16 personas pueden disfrutar de las obras, de una forma íntima y experimental.

A decir del propietario, esto marca la diferencia en un ambiente de este tipo. “No existe la cuarta pared entre el actor y el público. Se crea un espacio en el que el espectador es parte de la obra, por la cercanía con el escenario. La idea es comunicarse con él, establecer un vínculo con la actuación”.

Por esta razón, Tatés considera que el espacio reducido da nuevas posibilidades a la actuación. Además, no solo enseña a los artistas a acoplarse a la extensión, sino que permite que las necesidades de la actuación se conviertan en el concepto de diseño del lugar.

La composición de Teatro en Casa permite la cercanía entre el público y el actor.

De ahí que los colores (rojo y negro que predominan), por ejemplo, se implementaron para lograr contrastes y efectos en cada obra. Pero, por otro lado, sugieren comodidad y armonía al interior.

Casa Teatro Babilón
es otro espacio para el arte, creado en la casa de la actriz Diana Borja. Ella describe al estilo como alternativo, ya que se adecúa al ambiente de su hogar.

En la sala de esta casa se implementaron telones y sillas pero, además, se aprovecharon los sillones del hogar. Según Borja, con esto se logra un espacio más íntimo, donde los asistentes puedan interactuar con los artistas.

“Es un espacio informal, con una decoración sencilla que se hizo con fotos familiares, de obras de teatro, grafitis; para que se fusione el teatro con otras expresiones artísticas”.

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