Un alojamiento para escaladores en las faldas del Chimborazo

Los materiales de la zona como los cantos rodados se unen al sistema de construcción tradicional de ladrillo y teja. Fotos: Genda Giacometti / EL COMERCIO

Los materiales de la zona como los cantos rodados se unen al sistema de construcción tradicional de ladrillo y teja. Fotos: Genda Giacometti / EL COMERCIO

Los materiales de la zona como los cantos rodados se unen al sistema de construcción tradicional de ladrillo y teja. Fotos: Genda Giacometti / EL COMERCIO

Dormir a 4 000 metros de altura sobre el nivel del mar, al borde de un acantilado de rocas volcánicas y con las comodidades de un hotel ya no es una quimera. Un nuevo emprendimiento familiar, edificado en las faldas del Chimborazo, ofrece esa experiencia.

En la comunidad Chorrera, situada en la vía a Guaranda, a 40 minutos de Riobamba, se inauguró un emprendimiento comunitario donde se ofrecen comidas típicas de la gastronomía puruhá, alojamiento y servicio de guías nativos.

Pero la principal atracción es la ubicación del paradero. Está justo al borde de un encañonado natural que, posiblemente, se formó por las erupciones del Chimborazo hace miles de años. Allí hay más de 100 rutas de escalada de varias dificultades. Hay desde muros para principiantes y aficionados al deporte, y pistas para escaladores expertos, incluso hay un muro de dificultad 8A, uno de los más difíciles de escalar en Latinoamérica.

“Mucha gente empezó a llegar después de que se instalaron las rutas de escalada y se comenzó a promocionar este sitio. Eso nos motivó a unirnos para fundar un emprendimiento de alta calidad, debido a que muchos de los visitantes son extranjeros”, cuenta Manuel Calapiña, uno de los emprendedores.

La construcción en toda su dimensión. Está ubicada a 4 000 metros sobre el nivel del mar.

Él se asoció con sus hermanos, cuñados y primos para construir el paradero. Los 11 socios invirtieron cerca de USD 250 000 en la edificación que cuenta con un restaurante, un jardín de plantas nativas, cinco habitaciones dobles y una suite.

La construcción se levantó en 300 m² y se hizo con el respaldo de varios miembros de la comunidad. Se necesitaron varias mingas para limpiar el terreno, aplanarlo y levantar los primeros cimientos.

Los comuneros eligieron conservar el estilo rústico de las casas que se construyen en ese sector, pero para volverlo más acogedor y cálido colocaron revestimientos interiores de madera de eucalipto.

Las paredes son de ladrillo visto y los techos de tejas, por lo que el bien tiene un estilo campestre. Las vigas, los marcos de las ventanas y las puertas son de madera sin teñir.

Las bajas temperaturas que hay en el sector fueron el principal desafío para los emprendedores. En promedio hay una temperatura de 7 °C y suele bajar más en las noches, por lo que en las habitaciones se instalaron sistemas de calefacción, mientras que para calentar el ambiente en restaurante se instaló una chimenea.

El comedor muestra los techos de madera de eucalipto.

Los constructores también decidieron revestir la fachada con piedras volcánicas y paja, dos materiales que abundan en las faldas del Chimborazo. Los tonos grises y el colorido de las flores de chuquirahua de la entrada la hacen resaltar entre el paisaje.

La vista panorámica del acantilado y de una de las cumbres del Chimborazo son una de las ventajas más promocionadas del lugar. Por eso se colocaron grandes ventanales en las habitaciones y en el restaurante.

Despertar mirando el páramo y la fauna silvestre que habita allí es parte de la experiencia que se promociona en la comunidad. “La idea es promocionar el turismo ecológico y a la vez conservar los páramos que hasta hace poco se estaban perdiendo”, dice Calapiña.

El paradero también cuenta con un espacio para acampar, allí se pueden instalar quienes gustan de dormir a la intemperie. En ese espacio hay seguridad, un baño y una pequeña cabaña donde se pueden almacenar los equipos deportivos. Pero los planes de la familia son aún más ambiciosos.

En poco tiempo esperan transformar el sitio en un centro turístico con más servicios. Se construirá, por ejemplo, caballerizas donde se ofrecerán cabalgatas, también habrá equipo de escalada de alquiler y bicicletas para recorridos de alta montaña.

Al sitio se puede llegar en automóvil o en bus interparroquial. El paradero cuenta con un amplio espacio para parqueadero y los servicios cuestan entre USD 10 y USD 15 por cada noche.

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