Jorge Ribadeneira Araujo

Con Jorge fuimos compañeros y amigos de estudios y del deporte. En efecto nos graduamos de bachilleres en el Colegio La Salle y defendimos los colores verde y blanco junto con Rodolfo Arroyo, Zdenek Zack, Lucho Cano y Larrea.

Luego con Jorge pasamos a formar parte del recordado equipo de Liga Deportiva Universitaria con astros del básquet como Marcelo Holguín, Santiago Oleas, Carlos Cadena, Patallucha Cevallos, Pichi Pintado, Homero Cevallos. Recuerdo que con este equipo realizamos en 1951 una gira por Colombia y Venezuela, jugando 21 partidos, obteniendo 20 victorias. Puedo afirmar que allí fue cuando Jorge inició su brillante carrera periodística, pues enviaba desde las dos repúblicas hermanas sus reportajes sobre los partidos de LDU. Jorge fue un ser privilegiado, siempre consiguió, con su excepcional inteligencia todo lo que se propuso. En el deporte era un jugador cerebral, dotado de gran técnica y una formidable puntería. Como persona era un verdadero caballero, gran compañero y amigo, siempre sencillo y cordial, brotaban a flor de piel sus virtualidades, como sinceridad, lealtad, bondad, generosidad, etc.

En sus casi 70 años de periodista, se dedicó a brindar a sus lectores lo mejor de sí mismo, en las diversas ramas que cultivó con singular e inigualable éxito. Sus reportajes, entrevistas, comentarios, columnas de opinión, editoriales, anécdotas y sus 9 libros estuvieron basados en su amplia y elevada cultura y en su calidad humana incomparable. Sus originales versos, colmados de humor, picardía y gracejo, fueron un ejemplo y un estímulo para tratar de imitarlo.

Vaya para Teresita, su entrañable esposa, y para sus apreciados hermanos, nuestra profunda y afectuosa solidaridad.

Podemos decirte, mi querido Jorge, que tú no has muerto, porque siempre vivirás en nuestro recuerdo como deportista, como singular y excepcional compañero y amigo, como periodista coronado y especialmente como excelso, sin par y admirable ser humano.

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