Un acuerdo por el empleo 4.0

Mañana se presentará en Ginebra el Informe de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, un documento clave de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que este 2019 cumple 100 años de vida.

El informe buscará poner sobre la mesa de debate los temas relevantes para hacer frente a la incertidumbre que genera en el empleo la cuarta revolución industrial.

Este documento servirá de base para comenzar un diálogo en el Ecuador con el objetivo de cambiar la estructura del mercado laboral, donde solo el 40% de trabajadores tiene un empleo adecuado, la informalidad se ha tomado las calles de las ciudades, los jóvenes tienen pocas oportunidades de encontrar trabajo y las diferencias salariales entre hombres y mujeres no han cambiado.

El Gobierno tiene previsto apoyarse en organismos internacionales para poner en marcha las reformas al Código del Trabajo y otras leyes que sean necesarias para impulsar la generación de empleos decentes. Y en un tema tan sensible como es el empleo, la OIT puede ser un consejero válido, ya que este organismo representa a gobiernos, empresarios y trabajadores.

Pero además, será necesaria la intervención de un actor externo porque actualmente hay posiciones muy dispares entre los representantes empresariales y sindicales. Esto fue notorio el mes pasado, cuando no llegaron a un acuerdo sobre el alza del salario básico para el 2019, que apenas beneficia a unos 350 000 trabajadores.

Los empresarios se enfocaron en el congelamiento de los sueldos mientras los trabajadores pedían alzas del 25%. Al final, el Gobierno decidió un aumento del 2%, lo cual fue visto como un alineamiento de las autoridades con la postura empresarial.

El diálogo por el empleo es prioritario, más cuando se viene un ajuste en la nómina del sector público, lo que demandará de un sector privado más activo, capaz de absorber a esos empleados y a los nuevos que se incorporan cada año al mercado laboral por efecto del crecimiento poblacional.

Para eso será necesario empezar por poner a un titular en el Ministerio de Trabajo, pero sobre todo hay que involucrar a otras autoridades del Régimen y a la sociedad civil, porque los cambios en el mercado laboral exigen de una coordinación con los centros de educación -desde la escuela hasta la universidad- y de capacitación.

Ecuador no es ajeno a lo que sucede en el mundo y es importante poner sobre la mesa los temas actuales que interesan a gobiernos, empresarios y trabajadores, y que van más allá de una simple reforma laboral o un incremento de salarios.

En el diálogo por el futuro del trabajo es fundamental que las empresas desempeñen un papel activo mediante la capacitación y la recapacitación de sus empleados. En la cuarta revolución industrial, las empresas deberán reconocer que la inversión en el capital humano es un activo y no un gasto. Y el Gobierno también deberá enfocar el gasto público en la misma dirección, es decir, en educación y salud.

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