Más casos de descomposición

Es tal la proliferación y diversidad de anomalías que se detectan en el sector público, que en una u otra forma guardan relación con el Régimen anterior, que casi ya no causan asombro, pero provocan cada vez más indignación en la ciudadanía y cierta esperanza de que se sancione a los responsables, mejor dicho, a los irresponsables autores de tales irregularidades.

Inclusive miembros de la Asamblea Nacional, que deberían ser paradigma ante la sociedad, han protagonizado actuaciones reprochables, que, aunque son casos aislados, afectan al buen nombre de tan respetable institución.

Uno de esos escándalos es el cobro de “diezmos”, que desde hace algún tiempo han establecido algunos legisladores, en perjuicio de sus asesores y más colaboradores, pero el organismo ha eludido hasta ahora el esclarecimiento de este asunto.

Otro caso espinoso constituye la “acusación a la asambleísta Sofía Espín y a la abogada Yadira, de burlar los filtros de seguridad para el ingreso al Centro de Rehabilitación Social y visitar en forma subrepticia a Diana Falcón, ex-agente de inteligencia y participante confesa en el secuestro del ex legislador Fernando Balda en Colombia, para proponerle, con ofrecimientos de protección y prebendas en el exterior y también bajo amenazas, que se retracte de su declaración.

En cambio, la legisladora mencionada sostiene que sí cumplió los requisitos para entrar a dicha prisión y que para el ingreso al Centro de Rehabilitación y que tan sólo verificó las condiciones indebidas en las que permanece la señora Falcón, y que le expresó su solidaridad, lo cual, como es obvio, no lo creen los abogados de Balda y, más bien, consideran que es un fraude procesal y una acción incompatible con las funciones de la asambleísta, por lo que piden que intervenga la Fiscalía.

El miércoles último, por pedido del asambleísta Esteban Bernal, el Consejo Administrativo de la Legislatura, CAL, resolvió que una comisión multipartidista del Parlamento investigue este bullado asunto y someta su informe a consideración del Pleno de la Asamblea Nacional.

El el ex-agente Raúl Chicaiza, también afirma que, así mismo, en forma frecuente, amigos del expresidente ingresan a la Cárcel 4 con el pretexto de visitar al exvicepresidente Glas y que van a su celda, para presionarle a fin de que altere su declaración que implicaría al exmandatario.

El más reciente eslabón de la interminable cadena denunció descomunales sobreprecios y otras irregularidades en los contratos celebrados por el Consejo Nacional de la Judicatura, cuando lo presidía Paulo Rodríguez, amparados en los nefastos decretos de emergencia, tan en boga en esa época, para la construcción de edificios para la Función Judicial.

Lo preocupante es que las autoridades correspondientes pronto olvidan las irregularidades descubiertas, y permiten que se esfumen en la impunidad.

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