Los modelos visten, de izquierda a derecha, Frutha, Mute y Mamu. Foto: Patricio Terán / Chic!
Los festivales de música y toda la agenda de artes que se despliega cada agosto en Quito se convierten en los momentos ideales para vestir con libertad creativa y expresar sintonía con la escena.
Estos espacios culturales crecen de la mano de artistas y público que entienden la moda como una forma de construir identidad y singularidad. Por ello, las marcas independientes de indumentaria son la alternativa para crear estilos con prendas de producción exclusiva, que se distinguen de la industria de masas. Entre esas están Mamu, Frutha y Mute.
Mamu crea ropa para gente que tiene gusto por el arte y gráfica psicodélica y la estética naif. Esta firma, fundada por Carolina Molina y María Fernanda Jara, nació en Loja en el 2014.
Neón Lover es la última colección de Mamu. Se inspira en los 80 y 90: la paleta cromática es fluorescente, los textiles y las estructuras son deportivas, y el motivo predominante es la gráfica de estilo Memphis.
Este grupo de diseño interior, que nació en 1981, se caracterizó por usar asimetría y decoración colorida, en ocasiones haciendo referencia, de manera arbitraria, a estilos exóticos o décadas anteriores.
Frutha también se inspiró en la década de los 80 para crear la colección Coco Fresh. Nadia Mosquera, la diseñadora detrás de esta firma, retomó la estética de la vida nocturna de esos años para evocar diversión y fiestas neón.
Mosquera cree que los festivales son espacios en los cuales los asistentes “se producen” para crear un personaje diferente, hasta casi teatral. Las prendas de cortes poco usuales, estampados exclusivos y producción limitada ayudan a alcanzar ese objetivo.
Mute es una opción para el público masculino. Esta marca nació en Guayaquil hace un año y medio, de la mano de Andrés Hidalgo. El diseñador trabaja en el medio de la cultura y el entretenimiento, donde notó que hay una necesidad por vestirse diferente.
Para Hidalgo, hacer ropa le permitió mantenerse cerca de la escena independiente guayaquileña, que crece con música, muralismo y otras artes. Su propuesta juega con los colores, las texturas y las formas. También ha hecho colaboraciones con artistas; en la última edición, trabajó con Daniel Adum Gilbert, quien es conocido por su estilo pop y por la obra La Chanchocracia.
Las tres marcas venden sus productos través de redes sociales, con envíos a todo el Ecuador.