Bruno Roy es un fotógrafo francés que trabaja para el Grupo Marie Claire. Foto: Galo Paguay / CHIC!
El fotógrafo y diseñador gráfico Bruno Roy es uno de los invitados a la Semana del Fotoperiodismo por la Paz. El jueves 20 de abril dictará un taller sobre la producción de imágenes y la edición de contenidos para revistas de moda y belleza.
¿Cómo es su trabajo para el Grupo Marie Claire?
Es en todo lo que hay en torno a la fotografía. A veces voy a agencias a buscar fotos, a hacer un trabajo de editor. A veces hacemos pedidos de fotos y después me encargo de retocarlas, prepararlas con Photoshop para la imprenta. Luego me encargo también de la relación con la imprenta.
¿Cuál es la diferencia en las portadas de las décadas anteriores de Marie Claire en relación con la época actual?
Tiene que ver con la evolución de la sociedad. Por ejemplo, en Marie Claire mostrar una mujer con los senos desnudos no se hacía. Poco a poco, muchas más cosas están permitidas. Las revistas de moda evolucionan con la sociedad. Por ejemplo, se habla más de homosexualidad, entonces se ponen personajes homosexuales en la portada.
Entonces, ¿se puede decir que este tipo de revistas es un reflejo de lo que pasa en lo social?
De una cierta forma, sí. No son revistas políticas, por supuesto, pero sí hay una influencia fuerte.
¿Cómo son los procesos creativos?
Pienso que es igual aquí, en Ecuador, y allá, en Francia. Es un trabajo de equipo. Hay alguien que se ocupa del cabello, del maquillaje, hay un estilista, alguien que se encarga de la luz. Para hacer un trabajo de revista hay que hacerlo en equipo y eso es realmente lo que me gusta, trabajar con distintos talentos.
Entre todos discutimos qué está de moda y preparamos la producción.
¿Cómo es la relación con los anunciantes?
El poder de los que ponen publicidad es muy grande. Las revistas viven de la publicidad que está adentro, entonces no somos totalmente libres.
Hay veces que, por ejemplo, un anunciante muy poderoso dice “pongo 10 páginas de publicidad pero quiero que en la portada salga la casaca que está en mi boutique”.
Hay que jugar con este elemento y tratar de hablar de lo que queremos hablar.
¿Qué piensa sobre la manipulación de las fotos?
Yo me encargo de retocar las portadas, así que conozco muy bien el tema. Muchas personas se sentían traicionadas de ver tantas fotos retocadas.
Lo que pienso es que siempre hubo fotos retocadas. Una foto no es la realidad. Es tratar de mostrar un concepto.
Cuando retocamos una portada no es para mentir o traicionar. Es para mostrar algo bello, algo que tiene armonía y algo que da placer.
¿Qué y hasta qué punto se retoca una imagen?
La cantidad y cómo lo manejamos tiene que ver con la exigencia del personaje que está en la portada. Si es una modelo, y no una famosa, somos más libres.
¿Cuáles son las problemáticas de la edición, tomando en cuenta que en los últimos años ha habido discusión sobre este tema?
Trato de hacer que sea lo más real. Que se quede la personalidad del sujeto. Cuando se retoca mucho es verdad que se puede quitar toda el alma de la persona. Se debe mantener la personalidad, la edad, las facciones y particularidades.
¿Cuál es el debate sobre la ética de la edición?
Hablamos mucho del nivel de honestidad que hay que guardar cuando retocas una imagen. Es verdad que al principio, cuando llegó Photoshop, era tan fácil que muchos lo hicieron demasiado. Ahora que Photoshop es una herramienta conocida, lo usamos con más medida, con más respeto a las imágenes.
¿Es verdad que las revistas imponen qué es lo que se considera bello?
Todo el mundo se mete en eso, pero los primeros que fallan en eso son los estilistas. Por ejemplo, el alemán Karl Lagerfeld es un horrible personaje. Puede ser que tenga mucho talento como modisto, pero no ama a las mujeres. Escoge siempre a las modelos que son piel y hueso.
Muchas veces me pasa que tengo que engordar a las mujeres. Hay brazos que son demasiado flacos y les pongo volumen.
Entonces, ¿es un problema en general del medio?
Sí, es un problema del medio de la moda, que exige que las modelos se queden como niñas sin alma. Se habla más y más que hay que tener respeto hacia las modelos, pero sí es difícil el trabajo.
Bruno Roy
Inició su carrera haciendo fotorreportajes y documentales. Vivió desde 1994 hasta el 2000 en Cuenca. Llegó con su exesposa, quien fue cónsul y directora de la Alianza Francesa.
A su regreso
a París, se reintegró al Grupo Marie Claire, conocido por sus revistas de moda, belleza y estilo de vida. Se ocupa, principalmente, de la edición de fotos para la revista Avantages.
Sus proyectos
personales son trabajados con una polaroid. En su trabajo personal se acerca a la fotografía como un pintor. Trabaja sobre los colores, el ritmo, los recuerdos y la musicalidad de las fotos. Tendrá una exposición el 9 de junio, en Chile.