Cada vez que evocamos la patria acuden vivencias que nos sumergen en hondas emociones, sentimientos enlazados a una tierra, a una historia compartida, al recuerdo de una estirpe fundadora, a la legendaria saga de unos héroes que lucharon por la libertad de un pueblo. Todo ello nos dice que somos parte de algo grande, que pertenecemos a una patria. La patria implica la idea de la nación en su conjunto, no así lo que llamamos la patria chica.
Con una exposición de 29 cuadros que recuerdan al pueblo afro concluye el mes de la Afroecuatorianidad, que se desarrolló en octubre.
El ensayo es un género reciente, surge con la modernidad. Más aún, su aparecimiento en el mundo de las letras está enlazado a un hecho histórico: el arribo del europeo a América, ese “Mundus Novus” al que aventureros como Colón y Amerigo Vespucci se dieron a la tarea de admirarlo, conocerlo e interpretarlo llamando cada cosa nueva que encontraban con su nombre americano. En los testimonios y noticias del descubrimiento germinaba el ensayo como una novedosa forma de comunicación de ideas y experiencias. No es de extrañar que, por esos años, en la aún ruda lengua de Castilla (a la que Nebrija, en esos mismos días, buscaba darle una gramática) irrumpiera desde el Nuevo Mundo un turbión de voces exóticas como caníbal, huracán, hamaca, tabaco, canoa o cacao.
La chicha de jora es uno de los elementos infaltables durante septiembre en el cantón Cotacachi, en la provincia de Imbabura, ubicada en el norte de Ecuador. Mercedes Ruiz, una de las productoras, asegura que este 2020 la demanda por la bebida de maíz ha sido similar a la de años anteriores.
La fiesta del Kulla Raymi o culto a la fertilidad de la madre tierra se transmitirá por la plataforma Webex a las 44 parroquias rurales de la provincia de Tungurahua. El evento ancestral se desarrollará en uno de los patios de la quinta del escritor Juan León Mera el miércoles 23 de septiembre del 2020.
En mi ciudad, allá por los años 60, había un influyente canónigo de prominente presencia, su estentórea voz resonaba al interior de las elevadas naves de la catedral. Cuando iba a la catedral a celebrar misa le acompañaban dos curitas de aspecto desnutrido que abrían el camino apartando de las veredas a los peatones, a fin de que Su Reverencia no encontrara tropiezo alguno. Sin más atributos que los de un deán, este eclesiástico ejercía autoridad y dominio en la curia, habiendo llegado a ser el amo y señor de la catedral y su feligresía, de sus rentas y limosnas. Con el tiempo, llegó a desplazar al obispo y a la clerecía provinciana que, impotente, soportaba el despojamiento de sus fueros y derechos. ¿Qué ocurría? Nada, que el petulante clérigo era uno de esos avispados engreídos, un jactancioso de guapezas y alcurnias aldeanas que logró imponerse en el rebaño clerical no admitiendo que nadie pusiera en duda su importancia.
Wañukta Tonic ha tomado prestado el texto de la Constitución del Ecuador para darle forma a una canción que lleva por título ‘Artículo 57’. El tema se estrenó en plataformas digitales hace dos semanas y ayer fue el lanzamiento del video.
Unos 40 productores de Esmeraldas y Tungurahua llevan adelante el intercambio de productos agrícolas como una forma de fomentar la hermandad en tiempos de pandemia.
En un amenísimo libro de Felipe Aguilar, “Humor: transgresión y crítica” (2008), él reflexiona sobre las peculiaridades del humor, cavila en dos de ellas: la primera, aquello de que al ser humano se lo puede definir a partir de la risa; la segunda se refiere a ese inherente efecto desacralizador que caracteriza al humor.
La risa, esta genuina expresión del ser humano, fue secularmente censurada por filósofos y gazmoños de sacristía. Platón fue el primero en cargar contra la carcajada cuando dijo que es algo perturbador y violento. Opinión que fue secundada por Aristóteles quien opinó que la risa es una mueca que deforma el rostro. ¿Es que los filósofos no ríen como cualquier ser humano? Si miramos las efigies, nada risueñas, de filósofos como Hegel y Schopenhauer, tentados estamos a pensar que la sonrisa nunca iluminó rostros tan adustos y resecos.
Con la receta del Tigrillo de Zaruma suman 18 los patrimonios culturales inmateriales que han recibido un certificado por parte del Ministerio de Cultura, un documento que tiene un valor simbólico, pero que ayuda a darle más visibilidad y un posicionamiento público a la manifestación cultural.
La obra literaria de Juan Valdano está poblada de relatos cortos, novelas, ensayos y trabajos académicos, que desde la década de los años setenta del siglo pasado han recibido el reconocimiento de la crítica local e internacional.
En la memoria de la patria, el 2 de agosto de 1810 guarda un ambivalente significado, fue un día de luto y, a la vez, de gloria. De luto, porque fueron asesinadas cerca de 300 personas en las prisiones y calles de Quito, genocidio perpetrado por el ejército de ocupación enviado desde Lima por el virrey Abascal con la misión de castigar a una ciudad rebelde que se había declarado autónoma. De gloria, porque fue la primera ocasión, en cuatro siglos de dominio español, que el pueblo quiteño protagonizó un levantamiento contra el régimen colonial demandando libertad y justicia.
En 2010 Stephen Hawking y Leonard Mlodinow publicaron “El gran diseño”, libro en el que se informa sobre los recientes progresos de la física en la comprensión del vasto universo y sus grandes incógnitas. Los autores explican la procedencia del universo y hacia dónde este se encamina. Después de todo, Hawking confesó que no ha podido explicar enigmas como los siguientes: “¿Cómo comprender el mundo en que nos hallamos? ¿Cómo se comporta el universo?¿Cuál es la naturaleza de la realidad? ¿De dónde viene todo lo que nos rodea? ¿Necesitó el universo un Creador?” Decepcionado concluyó que “tradicionalmente estas son cuestiones para la filosofía, pero la filosofía ha muerto, solo los físicos explican el cosmos”. Conclusión parcialmente errónea, como veremos. Errónea, porque si el físico de Cambridge no obtuvo respuestas a esos grandes a interrogantes fue porque son de naturaleza filosófica, y la manera adecuada de abordarlos es desde la frontera de la filosofía y no desde la física.
Una de las historias privadas que surgen de la lectura de “La peste”, la novela de Albert Camus, es la de Rambert, un periodista al que la epidemia le obliga a permanecer en la ciudad apestada sin posibilidad de salir. Un día, Rambert tiene la oportunidad de escapar, ir al encuentro de su amante, la felicidad que afuera lo espera. Él prefirió quedarse y luchar contra el mal ayudando a salvar vidas. Rambert es ese heroico personaje que deja a un lado el interés propio, renuncia a la felicidad, se conduele con los que sufren y porque, como él dice, “me da vergüenza ser feliz yo solo”.
Hay tres creaciones del hombre que lo convierten en un ser excepcional; estas son: la música, las matemáticas y el arte literario. Son tres lenguajes a través de los cuales interpretamos el universo. Fue Leibniz quien dijo: “cuando Dios canta para sí mismo canta álgebra”. Célebre declaración de un matemático en la que se relieva esa misteriosa relación que existe entre la música y el número. Leibniz no fue músico, pero sí filósofo y creador al igual que Newton del cálculo diferencial.
Escuelas, colegios y universidades en el mundo buscan reunir a alumnos en sus aulas de diversas culturas y contextos para que aprendan entre ellos a entender otros puntos de vista y realidades sociales.
En la zona rural de Otavalo, en la provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador, grupos de personas salieron en las noches a bailar el Inti Raymi (Fiesta del Sol), a pesar de que el cantón se encuentra en semáforo rojo.
Una demanda internacional será presentada para la devolución de una corona cañari, que se presume que sería del Cacique Duma y que está en Inglaterra. Es una decisión de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, que aglutina a agrupaciones de Ecuador, Perú, Colombia y Bolivia.
Ataviado con oropel taurino, el hombre está de pie en el centro de la plaza. Está solo en aquel círculo de luz; él y su sombra, señera y única, persistiendo en la ardiente arena. En esa tarde de sol y silencio el viento abanica su vistoso capote. Espera que se abra la puerta del toril a la que mira con tensa fijeza. Pero la puerta no se abre ni a la lidia se lanza el toro. A su memoria acuden las imágenes de otras tardes de gloria cuando desde los colmados tendidos, ahora vacíos, estallaba la fiesta y en el coso discurría la muerte en forma de un oscuro animal herido. Oficiante de un rito tantas veces repetido, siente ahora que se ha vaciado el sentido de aquella ceremonia. Le oprime el recuerdo de esas tardes de pañuelos al viento, de trompeta y pasodoble, con rejoneadores y más mozos de cuadrilla, comparsa engalanada con atuendos dieciochescos y a la que la modernidad ha relegado al museo de la memoria. Ahora, el silencio paraliza su gesto.