Cuando hace 6 años se anunció la Iniciativa Yasuní-ITT, pensé que era lo mejor que podía pasarle al país en mucho tiempo y sería un beneficio para el mundo entero.
Fue anunciado el proyecto ante la ONU, con el Plan A, únicamente; pasó el tiempo y ¡oh sorpresa!, también había un Plan B, y creo que eso desalentó a los países que inicialmente miraron con interés el proyecto.
Ahora que el presidente Correa anuncia, que ha decidido la explotación del Yasuní, realmente no me extrañó, me he acostumbrado a no confiar mucho en su palabra.
Dice que es para invertir en la Amazonía; y ¿por qué no se lo ha hecho en todo este tiempo?, son más de 40 años que se extrae petróleo en la Amazonía.
Los expertos dicen que no hay actividad petrolera sin impacto ambiental, proyecto debe ser escuchado. Pero no lo es; el día miércoles pasado en la Plaza Grande, había un grupo que trataba de hacer escuchar su voz de protesta, pero no podía, ya que “alguien” colocó unos parlantes con una música tan estridente que ensordecía el ambiente acallando dichas voces; a eso yo no lo llamo libertad de expresión.