La parodia sigue y la comunidad cae en el juego. Desde el 2007 el país ha vivido hechos nefastos, circunstancias aborrecibles para la vida democrática, pero aún ni la justicia ni los responsables dan respuestas aceptables y completas. Los pativideos, el cambio de los textos aprobados de la Constitución, el campamento cinco estrellas bombardeado, el ministro y subsecretario que se reunían con las FARC con oscuros propósitos en inciertos lugares, la declaración del Mono Jojoy sobre los aportes a la campaña, los contratos por cientos de millones que de una u otra forma le dejaran a la parentela pingües ganancias, el operativo de rescate del hospital de la Policía en el cual no se prohibió disparar hasta que los civiles inocentes sean evacuados, el atropello a todo el que protesta y la descalificación pública de todo el que piensa diferente, la metida de mano en la justicia luego de la cual se obtuvo una sentencia favorable de jueces con nombramiento manipulado, la sentencia escrita fuera del juzgado, la narcovalija… y cuántas otras cosas que seguro no sabemos.
Ecuatorianos, ¿en verdad hemos mejorado tanto como para justificar todo lo descrito? Sobre estas bases pretenden perennizar la presente autocracia. ¡Prohibido olvidar!