La ciudad de Cuenca y el país han deplorado la muerte de Alejando Aguilar Serrano que incluso llegó a ocupar vicepresidencia de la República. Eximio alcalde de la capital azuaya, legislador de gran aprecio popular; remodeló el estadio lugareño con atinadas perspectivas. Por ello el centro deportivo lleva su nombre.
Supo honrar los principios políticos que profesaba, se destacó en la labor parlamentaria por su talento y patriotismo. Con gran tino y sagacidad, entereza de carácter y rectitud de procedimientos. Interesado siempre por el progreso y mejoramiento de la ciudad y del país; puso su empeño en obtener los medios para el adelanto y prosperidad de la región. Su hombría de bien y elevada personalidad, fueron respetadas entre sus congéneres.
A él, se le debe, mucho, en lo que respecta al campo de la educación, sanidad, asistencia pública y progreso citadino. Podríamos decir que fue roca de fe constante para su entorno, suave voz que llevaba a los suyos por la áspera ruta de la contienda. Su sombra proteja, ahora a todos los suyos, a los que combaten, y a los que esperan, que les indique la senda de la justicia y la bondad; para que cumplan con fidelidad los compromisos. Alejando Serrano Aguilar se ha remontado al empíreo, cual águila que desplegó sus alas protectoras sobre su familia y la patria.