Agradezco al comedido que “me dio afiliando” pues, aunque me robó mi firma y violó mi identidad, al menos respetó mis cualidades peluconas al ubicarme en un partido afín, caso contrario hubiéramos bordeado la tragedia.
Hubiera querido mantenerme en las filas de los no afiliados, ya que jamás he firmado para respaldar a ningún partido, así que aparté tiempo para ir al CNE a agradecer el gesto y decirles que mejor me desafilien Sin embargo, ni bien llegué al lugar me topé con tremenda batalla campal entre agrupaciones archienemigas y antes de que por pelucona, metiche y espontánea me molieran a palos o, peor aún, fuera a dar con mis pelucones huesos a la cárcel, tomé la decisión de retirarme y aceptar con resignación mi nueva afiliación. Solo espero que el comedido no “me dé votando” también.